Vivir la Misericordia de Dios debe ser tangible, real y concreto. Nuestra vida será para muchos el único evangelio que puedan conocer, y hemos de vivirla desde la verdad, con ternura y misericordia. Para ello, la Iglesia va a cuidar este año especialmente este último aspecto.
Por este motivo, y para vivir con intensidad y de una forma real este Año Jubilar, el Papa Francisco ha realizado también un llamamiento muy concreto a los obispos y sacerdotes con respecto a la materialización de la vivencia de la misericordia. Les ha pedido que, durante este tiempo de gracia, realicen algún gesto, hito, acontecimiento, acto… que muestre la misericordia de Dios. ¿Para qué? Para hacer cercano el amor que Dios tiene por sus hijos. Para seguir siendo instrumento de su misericordia, de su Palabra.