Cuidado, apoyo y educación en el barrio de las Letanías

La Iglesia es una institución formada por personas que se desviven por los demás, dando todo lo que tienen, sin esperar nada a cambio. Es decepcionante que en los medios haya más “necesidad” de informar de aspectos negativos que de los muchos positivos que la Iglesia realiza mediante acciones sociales por las personas, porque imaginamos que tiene más audiencia lo que suscita algún tipo de morbo ¿no? En un barrio de las Tres Mil Viviendas, el de las letanías, cinco hermanas se encargan de la educación de los jóvenes y el alivio a los pobres por todos los medios posibles. Viven en un piso todas juntas, y dentro del mismo tienen su rincón sagrado, un pequeño oratorio en el que rezan y piden a Dios que todo vaya “como tenga que ir”.

Las hermanas de Nuestra Señora de la Compasión realizan obras, mediante la Parroquia San Pío X, por, para y a través de la Iglesia compartiendo con los demás. Tanto de puertas para dentro, como para fuera, las hermanas se encargan de numerosas acciones sociales. María Jesús se dedica en su tiempo libre al Proyecto Nazaret; Josefina ayuda al Centro Amigo y colabora con la Pastoral de la Salud; María Fernanda se divide entre la Parroquia del Sagrado Corazón de Bellavista y el taller “Nueva Esperanza” de Cáritas; Emilia asiste en el Colegio de La Paz a un sistema de comunidades y aprendizaje; y Mercedes es coordinadora de la Pastoral de la Salud y ayuda a Cáritas. Ellas son las que, con hechos y no con palabras, demuestran que las acciones que la Iglesia realiza a través de las personas son numerosas.
Llegaron al barrio en 1975, al que tuvieron que emigrar por un tornado que sacudió la zona en la que anteriormente vivían, el barrio de los Merinales. Según una de las hermanas “los Merinales me convirtieron, porque era tal la pobreza con la que conviví, que ya no he podido evadirme de todo aquello”. Les dieron la posibilidad de otros lugares, pero ellas creyeron que Dios les estaba pidiendo estar en aquel barrio. “Llegamos aquí para estar únicamente al servicio de la parroquia”, recuerdan. También cuenta, con mucho afecto, la cantidad de movimientos que hay alrededor de la zona, como el de “Nosotros somos Sevilla”.

También colaboran con el servicio de farmacología que lleva una de ellas en el que “ayudamos y orientamos para la toma de medicación, porque a veces, o no toman lo debido, o no tienen dinero para pagarlo”.

Por otra parte, hay muchos jóvenes que, voluntariamente, se dedican a prestar su ayuda para extender su servicio a lugares que no llegan, por ejemplo alumnos del Colegio Claret. Las hermanas intentan con el apoyo escolar minimizar el fracaso de los jóvenes, realizando dicho apoyo de manera casi personalizada con adolescentes que no van al colegio porque no quieren, no pueden o no les dejan.

El Papa Francisco repite hasta la saciedad que quien quiera “vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien”, y así lo hacen las hermanas que viven en el barrio de las Letanías: cuidando, apoyando y educando.