“Ayudar a los pobres es pisar tierra sagrada”

Nadie puede imaginarse por lo que una mujer tiene que pasar cuando llega a España buscando trabajo y acaba siendo víctima del tráfico de personas, una deleznable acción que es llevada a cabo por las mafias para el propio beneficio. No es posible ponerse en el lugar de esas mujeres que lo sufren porque son sentimientos indescriptibles por las dimensiones terribles que tienen.

Otra de las instituciones de la Iglesia ofrece ayuda a las mujeres que sufren diferentes problemas relacionados con su integración en el mundo laboral y social, en este caso “Villa Teresita”. Es una asociación de la Iglesia Católica situada en el barrio de Rochelambert, en una casa en la que viven tres consagradas que llevan y mantienen el tema de la trata de mujeres. Dios se manifiesta principalmente en los pobres, los rotos y los pequeños porque son los que más ayudan necesitan, y eso es algo que las consagradas de “Villa Teresita” saben que poder ayudarles es “pisar tierra sagrada” por eso “nos sentimos privilegiadas” afirma una de las responsables.

En 1942 Isabel Garbayo, una mujer de Evangelio, se atrevió a entablar relaciones de amistad con mujeres prostituidas compartiendo con ellas su vida, creando familia y buscando alternativas a su situación de marginación. De esta manera surgió la primera casa de “Villa Teresita”, la andadura de una comunidad de mujeres consagradas a Dios y a los más pobres. En un siglo en el que hay realidades de pobreza, prostitución y tráfico de seres humanos, esta asociación acaba siendo un lugar para el amor, la vida y la esperanza.

Los voluntarios con fundamentales para ellas, porque lo que hacen es salir a la calle para la búsqueda de mujeres que puedan estar en peligro. No salen voluntarios a la calle hasta que hayan adquirido la suficiente experiencia como para saber a lo que se enfrentan cuando salen a buscar estas situaciones de dificultad. Una dificultad con la que hay que tener cuidado, porque se van a encontrar con mujeres que han pasado por las peores realidades y tienen una sensibilidad extremadamente diferente a la de cualquier otro ser humano, por lo que hay que tener experiencia.

No hace falta tampoco que en la casa sean todas católicas, de hecho el respeto es la base de la asociación para una convivencia de paz. Sean musulmanas, ortodoxas o católicas Dios es el primero que las hubiera acogido, Él no descarta en función de tu religión, por lo que estas consagradas hacen exactamente lo mismo pero “exigiendo” un respeto que no hay que sobrepasar.

Existen maneras de exponer un tema tan delicado como este, y las consagradas nos comentaban que más de una vez han recibido a medios que finalmente salían con informaciones puramente sensacionalistas no dando a entender lo que era verdaderamente “Villa Teresita”, por lo que es de agradecer que nos haya recibido. Pero el problema es que vivimos en un mundo en el que somos nosotros los que demandamos noticias sensacionalistas, para después quejarnos de que solo publican eso.

Los medios de comunicación deben servir para educar, tratando temas como la trata de mujeres con una delicadeza y sensibilidad extrema. Quizá sea algo extremo o exagerado, pero ¿si fuera la madre, hermana o abuela de alguno o alguna no pensarías así?