“Cambiar el mundo actuando”
No descubrimos nada si recordamos que cada vez son más las necesidades que afectan al hombre en su totalidad, en cualquier lugar del mundo. Afortunadamente, también son numerosas las instituciones y personas que se empeñan en que esto no sea inevitable. Y aquí juegan un papel determinante las organizaciones de la Iglesia.
Un ejemplo de ello es la Asociación Acción Social Siglo XXI, un proyecto de la Parroquia de Coca de la Piñera, en Camas, cuyo objetivo es ayudar a las personas que pasan por dificultades económicas. Son conscientes de la delicada situación que atraviesan muchas personas en su entorno, de que los datos oficiales son a veces un reflejo parcial de la realidad de la calle, de que no hay trabajo y que hay gente que no ha levantado cabeza desde hace años. Hombres y mujeres, familias, que subsisten gracias a lo que se recauda en las colectas de una parroquia que se antojan insuficientes para todo lo que tienen que hacer frente.
La Asociación Acción Social Siglo XXI tiene un campo de actuación bastante amplio: alimentación infantil, crecimiento personal, apoyo jurídico o aspectos tan rutinarios como la calefacción o la higiene diaria. Según Gonzalo Flor, presidente de la asociación y párroco en Coca de la Piñera, la organización ayuda a “lo que se nos va presentando, no se puede decir que no a ninguna necesidad”. También destaca la labor del voluntariado, algo que califica como “fundamental”. Actualmente colaboran quince personas en los diferentes proyectos, “en los que todos hacemos todo, aunque en cada uno haya un responsable”. Es destacable la amplitud de miras y la ilusión que ponen en cada iniciativa, especialmente a la hora de salir al paso de una situación difícil.
Acción Social Siglo XXI cree que hay “una nueva bolsa de pobreza” que, unida a la ya existente, hace que familias y personas necesitadas acudan a ellos. Se refiere a personas con problemas de toda índole, “algunas muy dramáticas”, precisa. Esta asociación, desde su carácter independiente, autónomo, proactivo y sin ánimo de lucro, quiere aportar su lucha para promover y restaurar la dignidad humana y la justicia social mediante programas y proyectos que tengan una marcada incidencia en la realidad de la vida de los más necesitados y desprotegidos. Especialmente, pretenden promover el desarrollo de los derechos sociales y civiles en los colectivos más vulnerables y desprotegidos de los barrios de La Pañoleta, Coca de la Piñera, El Carambolo, El Chato y la Extrema, así como en los asentamientos más deprimidos de Camas.
No deja de sorprender hasta dónde es capaz de llegar la generosidad humana. En una sociedad muy crítica, que aboga por lo superficial y prefiere lo inmediato, sigue habiendo gente que se distingue positivamente realizando acciones y no dejándolo en palabras. El papa Francisco lo ha expresado en innumerables ocasiones, y ha abogado por “ser cristianos de verdad, de hechos y no palabras, de gestos y mirada” dando testimonio de lo que Jesucristo quiere de nosotros. Hay que estar con asociaciones como esta, hay que ayudarlas. Seamos cristianos, seamos personas de hechos y no de palabras, cambiemos el mundo actuando.
Jaime Pastor