Educar en valores, educar en Cristo

Según cuenta un pasaje del Antiguo Testamento (1Sam, 3) Samuel, un niño, recibe la llamada de Dios. Inspirados en este texto la Cáritas parroquial de la Inmaculada Concepción de Alcalá de Guadaíra inició hace doce años un proyecto que procura paliar la pésima situación social que viven los niños de la feligresía. “Familias desestructuradas por culpa de la droga y el alcohol, abandono familiar e, incluso, presuntos abusos sexuales”, Inmaculada Picazzo, coordinadora del Proyecto Samuel, describe algunos de los casos que atienden. Esta iniciativa acoge en su mayoría a niños, niñas y adolescentes de las familias que estén siendo atendidas por Cáritas, “no obstante, está abierto a cualquier menor que lo quiera y esté en contacto con Servicios Sociales o sea derivado de los propios centros educativos de Alcalá”, señala Picazzo.

Proyecto Samuel centra sus energías en la intervención socioeducativa de los más vulnerables, por este motivo, organiza talleres de refuerzo y apoyo escolar, así como juegos y dinámicas lúdicas con las que educa en valores. Además, desde hace dos años, se ha formado un equipo de fútbol y otro de voleibol que procura “incentivar el trabajo en equipo y el respeto”, según explica la coordinadora del proyecto. Por otra parte, también se intenta integrar a los menores “dentro de su realidad”, bien sea el barrio, la feligresía o en su comunidad. Así, se organizan actividades culturales como la visita a museos, excursiones o convivencias dentro y fuera de la parroquia. “Nuestra actividad más emblemática y más esperada, tanto por niños como por educadores, es el campamento de verano –asegura Inmaculada Picazzo-. Este campamento nos da la oportunidad de compartir ocho días maravillosos de experiencias y vivencias todos unidos”.

Y precisamente, durante una de estas convivencias de verano, una niña decía a uno de sus monitores: “En verdad, maestro, ustedes trabajáis un montón para que nosotros disfrutemos”. Otra preguntaba a un educador por qué comían “tantas veces” en el campamento, cuando realizaban las cuatro comidas principales. Este tipo de comentarios y actitudes en los asistidos son un buen ejemplo de las dificultades por las que pasan estos niños. Por ello, según Picazzo, es muy “gratificante” poner un granito de arena a través del Proyecto Samuel que les proporciona nuevas oportunidades y ambientes más sanos y acordes a su edad.

Pero nada de esto sería posible sin la “labor inestimable” de una veintena de voluntarios y voluntarias que invierten su tiempo y sus energías en atender a los menores. Igualmente, la coordinadora quiere agradecer el apoyo recibido por parte de los párrocos, que facilitan formación pastoral al voluntariado. Así mismo, destaca la ayuda –tanto formativa como económica- de Cáritas diocesana. Por último, señala la importancia de los donantes anónimos y la colaboración de algunas hermandades de Alcalá de Guadaíra y de Sevilla.