Nuestra Señora de Escardiel
Los orígenes de la imagen de la Virgen de Escardiel son inciertos: desde una procedencia fernandina unida a la conquista del Rey Santo, que iba sembrando imágenes de la Virgen por donde pasaba, hasta la aparición milagrosa a un pastor que la encontró en el campo. En cualquier caso, se trata de una imagen de la Virgen estrechamente vinculada a Castilblanco, que vuelve todos los años desde su ermita hace ya tanto tiempo…
Ante la falta de documentación anterior a 1600, parece que se trata de una talla del gótico, pero cuya mascarilla fue cambiada a final del siglo XVI o comienzos del XVII según el gusto de la época. Desde entonces fue ya una imagen vestida, como se la conoce en la actualidad. El Niño, que actualmente lo tiene en el regazo, es vaciado en plomo, y ha sido atribuido a Juan de Mesa.
La actitud serena y acogedora de la Virgen es peculiar en esta imagen. A pesar de las intervenciones hechas a lo largo de la historia, se mantiene siempre el semblante acogedor, unido al gesto de entrega del Hijo. Esta característica es la que atrae a todos los que se le acercan.
Estas imágenes que vuelven todos los años en busca de los devotos, tienen este signo de acogida. Así es la imagen de Nuestra Señora de Escardiel, que baja a Castilblanco para devolver la visita a todos los que fueron a visitarla durante el año.
Fernando Gª Gutiérrez, S.J.
Delegado Diocesano de Patrrimonio Cultural
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