4 de enero, festividad del beato Manuel González
El santoral de la Iglesia Católica reserva esta jornada, entre otros, para el beato Manuel González, el ‘apóstol de los Sagrarios abandonados’.
Conocido también como el ‘Obispo del Sagrario’, nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877 en el barrio de San Bartolomé. Acude a diversas escuelas hasta que es admitido en el colegio de San Miguel, y de allí al Seminario. En 1889 presenta su solicitud sin haber dicho nada a sus padres e ingresa. Es decidido y eso es cosa de Dios y de él, piensa el niño. El 21 de septiembre de 1901 es ordenado por el Cardenal Spínola y asegura que “si mil veces volviera a nacer, mil veces volvería a ser sacerdote”. En 1902, va a dar una misión en el pequeño pueblo de Palomares del Río. Allí descubre la gran soledad del Sagrario y piensa en la cantidad de Sagrarios abandonados que habría en el mundo, recibiendo la gracia carismática que transformó su vida y orientó sus obras eucarísticas.
Su primer cargo fue como capellán de la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres de Sevilla. Entre 1902 y 1932 fue párroco en Huelva y Obispo de Málaga. Por último, a partir de 1935, rigió la diócesis de Palencia durante cinco años.
El Beato Manuel Gónzalez es fundador de la Unión Eucarística Reparadora y de la congregación religiosa de Misioneras Eucarísticas de Nazaret, que tienen la misión de consagrarse totalmente a luchar contra el abandono del Sagrario.
Falleció el 4 de enero de 1940 en Madrid. Su beatificación, por el Papa Juan Pablo II, fue el 29 de abril de 2001.