500 personas tendrán comida diaria durante un año gracias al proyecto ‘Guiso solidario’
Una de las obras de misericordia es dar de comer al hambriento, y este es el objetivo en torno al cual se han aunado las voluntades de once hermandades sevillanas, el Consejo General y cinco empresas, con el impulso de la Asociación de Hostelería de Sevilla. El lema genérico del proyecto, ‘Guiso solidario’, deja poco margen para la sorpresa: cada hermandad aportará mil euros al mes, una cantidad suficiente para elaborar y distribuir menús destinados a quinientas personas al día durante un año.
El proyecto se presentó en la casa hermandad de la Macarena, cuyo hermano mayor, José Antonio Fernández, invitó al resto de hermandades a sumarse a una iniciativa que se antoja primordial a la luz de la situación de pobreza que se da en algunos barrios de la capital y pueblos de la provincia, tal y como ha denunciado Cáritas en su Memoria correspondiente al año 2019. En su intervención, afirmó que “la Virgen de la Macarena no come, ni viste, ni paga impuestos, ni alquiler, no la desahucian. No necesita nada, pero tiene muchos hijos con muchos problemas”. Las corporaciones que forman parte del elenco inicial son Macarena, San Esteban, El Baratillo, El Amor, La Paz, Santa Marta, Pasión, San Bernardo, Quinta Angustia, San Pablo y Rocío de Sevilla.
Está previsto que 150 guisos lleguen diariamente al barrio de la Macarena, otros 150 a Tres Barrios-Amate, y los 200 restantes se ofrecerán en el convento de San Agustín, cedido a este fin por la Hermandad de San Esteban.
En el acto de presentación del proyecto intervino también el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Cabrera, quien destacó la respuesta de las hermandades ante la emergencia alimentaria que se ha desatado por la crisis del coronavirus.
Hermandad de Bellavista
Por su parte, la Hermandad del Dulce Nombre de María, en Bellavista, ha estado durante todo el confinamiento haciendo una «labor extraordinaria en el comedor social que está atendido por los voluntarios en jornadas de lunes a sábados, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde», explica el párroco Santiago González. De este modo, puntualiza, «hay días que se han repartido cerca de 500 comidas». Se trata, por tanto, de una tarea que destaca por su compromiso cristiano.