La colecta del domingo 4 de octubre se distribuirá en partes iguales entre Cáritas y el Óbolo de San Pedro
Este año, en la Archidiócesis de Sevilla, la colecta del primer domingo del mes de octubre, destinada a la labor de Cáritas, tanto diocesana como parroquial, coincide con la colecta destinada al Óbolo de San Pedro, por tal motivo, el Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo ha decidido, oído el Consejo Episcopal, que “la colecta que se obtenga el próximo domingo 4 domingo de octubre en cada parroquia, iglesia y oratorio, vaya destinada cincuenta por ciento para el Óbolo de San Pedro y el otro cincuenta por ciento para la labor de Cáritas”.
No obstante, al margen de la referida colecta, los fieles que lo deseen podrán realizar un donativo con el destino específico a la labor de Cáritas, tanto diocesana como parroquial, o al Óbolo de San Pedro, en cuyo caso, dicha cantidad, será destinada íntegramente a la finalidad indicada.
Debido a la situación provocada por la pandemia, el Santo Padre estableció que este año, la colecta para el Óbolo de San Pedro, que se lleva a cabo tradicionalmente en la proximidad de la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, el 29 de junio, se trasladara en todo el mundo al domingo XXVII del tiempo ordinario, el 4 de octubre, coincidiendo con la festividad de San Francisco de Asís, onomástica del Pontífice.
Sobre el Óbolo de San Pedro
Es una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre como expresión de apoyo a la solicitud del Sucesor de Pedro por las múltiples necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad en favor de los más necesitados. Igualmente, supone una oportunidad para orar especialmente por las intenciones del Pontífice, ahondar en la naturaleza del servicio petrino y renovar la devoción, fidelidad y obediencia al Papa.
Esta colecta surgió en Inglaterra, a finales del siglo VIII, conocida como el “Denarius Sancti Petri” (Limosna a San Pedro), que pronto se difundió por otros países europeos. Si bien, no fue hasta el año 1871 que el papa Pío IX reguló esta costumbre. Actualmente, se trata de una jornada de la Iglesia Universal, en la que católicos de todo el mundo colaboran con el Papa, y que tradicionalmente se celebra el 29 de junio o el domingo más próximo a la solemnidad de San Pedro y San Pablo.