Jornada de oración, concienciación y cercanía hacia los más necesitados
La pandemia que vive el mundo ha puesto de manifiesto una pobreza que todos compartimos: la fragilidad humana. Los pobres son, por definición, los más frágiles porque carecen de lo necesario y su existencia depende de la generosidad y solidaridad de los demás. Para recordar precisamente esto, que no nos salvados solo, sino juntos, un año más la Iglesia Universal celebra la Jornada Mundial de los Pobres, que cumple su cuarta edición. Se trata de una jornada instituida por el papa Francisco al clausurar el Año de la Misericordia como gesto concreto de oración y acogida de los pobres en el seno de la Iglesia y cuya celebración fue encomendada al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
La Iglesia en Sevilla se suma a esta celebración, que tiene lugar el 15 de noviembre, de la mano del vicario para la Nueva Evangelización en la Archidiócesis de Sevilla, Óscar Díaz, quien ha explicado que ésta no es “una jornada de actividad social, sino más bien un momento privilegiado para la oración, concienciación y cercanía afectiva hacia los más necesitados”.
La Jornada Mundial de los Pobres, por tanto, no es un gesto esporádico de generosidad, sino que se hace una vez más intérprete para entrar con más fuerza en el interior de cada uno. La solidaridad se extiende y se convierte en verdadera caridad, movida por la oración que sabe comprender las necesidades profundas del hermano empobrecido que vive junto a nosotros.
En esta línea, Óscar Díaz ha ofrecido varias indicaciones que ayuden a párrocos y sacerdotes en la celebración de esta jornada.
En primer lugar, ha apuntado que la colecta mensual de Cáritas se hará coincidir con el fin de semana próximo. “De esta manera no será una colecta añadida a las ya programadas”.
Por otro lado, ha invitado a leer el mensaje del Papa: “Este texto servirá para animar a las comunidades durante la semana previa y concienciar a los fieles”. Asimismo, ha exhortado a consultar los materiales elaborados por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización como “marco de reflexión” para esta jornada. Entre estos materiales destaca el subsidio litúrgico que incluye una presentación de monseñor Rino Fisichella, presidente de este Consejo; la homilía del Santo Padre durante la tercera Jornada Mundial de los Pobres; y varias propuestas litúrgicas con una Lectio Divina, comentarios bíblicos, el guion de una Vigilia de oración y el rezo del Santo Rosario.
Finalmente, reconociendo la excepcionalidad del presente año, Óscar Díaz ha instado a celebrar “en la medida de lo posible” esta cita de la Iglesia Universal. Y para ello ha propuesto “tener un gesto concreto, invitando a los pobres a participar de alguna jornada de oración y especialmente de la Eucaristía dominical como un fiel más, sin ser señalados o expuestos”.
Sin embargo, ha concluido insistiendo en que estas son solo propuestas y que “la jornada está abierta a la creatividad y posibilidades de aquellos lugares donde se celebre”.
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