¿Cómo acoger hoy?
Vivimos tiempos donde el confinamiento, las distancias, el reducir el numero de personas para los encuentros… quizás también cobre el peligro de centrarnos en nosotros mismos, ciertamente por el bien personal y el de los demás, En este tiempo yo hecho mucho de menos mis encuentros con las mujeres de la cárcel, los emigrantes… mis apostolados en el mundo de la exclusión… ¡Deseando poder volver!
Y ante este panorama siento que ahora también hay que vivir algo tan fundamental como la acogida, el encuentro, la escucha, que nos abre a la grandeza y al misterio del otro, son valores humanos y cristiano, donde se da a cambio de nada, y aunque damos algo, recibimos mucho, ayudándonos a crecer en compromiso y generosidad. Nos invita a abrir nuestras fronteras interiores (los miedos, los prejuicios), poniéndonos ante el otro en actitud de diálogo, de apertura, de escucha… Hoy tenemos muchos medios que la técnica nos ofrece para cercarnos al otro y hacer posible la cercanía y la cogida y así situarnos junto a ellos, y por lo tanto cerca de sus preocupaciones y cerca de los problemas que puedan tener, o simplemente saber que estamos, y lo que eso significa.
Qué bueno querer vivir la acogida como talante de vida en todo aquello que físicamente podamos hacer, o vivirla desde nuestros sentimientos y deseos, y ahora, más que nunca, en nuestras oraciones. Recuerdo las cuatro palabras del Papa Francisco: “acoger, proteger, promover e integrar “, eran referidas a los refugiados, pero que vienen bien para todos, son cuatro verbos que cambiarían el mundo en todos los ámbitos, desde el familiar, el del trabajo, los amigos…cualquier persona que se cruce en nuestro camino diario.
“El sentarse a escuchar a otro, característico de un encuentro humano, es un paradigma de actitud receptiva, de quien supera el narcisismo y recibe al otro, le presta atención, lo acoge en el propio círculo. Pero «el mundo de hoy es en su mayoría un mundo sordo. […] A veces la velocidad del mundo moderno, lo frenético nos impide escuchar bien lo que dice otra persona. Y cuando está a la mitad de su diálogo, ya lo interrumpimos y le queremos contestar cuando todavía no terminó de decir. No hay que perder la capacidad de escucha». San Francisco de Asís «escuchó la voz de Dios, escuchó la voz del pobre, escuchó la voz del enfermo, escuchó la voz de la naturaleza. (FRATELLI TUTTI, nº 48)
Jesús nos habló de la acogida en múltiples ocasiones. “El que recibe a un niño en mi nombre a mí me recibe” Niño, alguien “pequeño” y necesitado de los otros. Ahí está Dios, ahí está su rostro humano hoy día: los que nos necesitan. La Virgen María acogió la llamada de Dios y fue la Madre de su Hijo. Nos acogió a todos como hijos cuando Jesús en la cruz se lo pidió “mujer he ahí a tu hijo”. Le pedimos a Ella que nos ayude a acoger la vida como nos viene y a hacerla acogedora para los demás.
6 comentarios
Llevas toda la razón. Hay que escuchar, y no interrumpir al que nos habla, porque lo necesita. El respeto a la dignidad de la persona, hijo de Dios, así lo pide. Además, el que escucha también sale ganando. Espiritualme, seguro.
Qué reflexión más importante……. Tanta necesidad de acoger hoy en nuestro mundo….. Gracias Pilar por ayudarnos a profundizar, a reflexionar, hoy un día dónde comenzamos la Cuaresma, un tiempo para plantearnos cómo estamos acogiendo lo que nos llega y como acogemos las necesidades de los otros. El Señor nos regala este momento por algo y nos pone en el camino a personas como tú para algo….. Gracias.
Gracias, Pilar. Inspirador. Acojo con cariño tu articulo en mi corazón y lo pongo en practica
Muy bueno. Gracias.
Gracias x tan maravillosa reflexión.
Una acogida que sepa escuchar a las personas
es vida para ellas. Gracias