Mensaje del Arzobispo a los cofrades de Sevilla en la entrega del ‘Olivo de plata’
El Arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo Pelegrina, ha recibido esta mañana el galardón ‘Olivo de plata’ que concede anualmente la Hermandad de la Redención. Y lo ha hecho de manos del alcalde, Juan Espadas, en el curso de la visita que ha realizado a la hermandad dentro del recorrido que lleva a cabo por las corporaciones que tendrían que haber hecho estación de penitencia este Lunes Santo.
Tras recibir el ‘Olivo de plata’, ha mostrado su alegría y gratitud por “una distinción inmerecida”. Al respecto ha afirmado que “no he hecho otra cosa estos doce años que cumplir con mi deber, como un modesto y humilde trabajador en la viña del Señor. Mi gratitud, por tanto, es muy grande a la Hermandad de la Redención”.
«Hemos de redoblar nuestra unción religiosa»
Al término de esta visita, monseñor Asenjo ha lanzado un mensaje a los cofrades de Sevilla. Ante la imposibilidad de realizar estación de penitencia como consecuencia de la pandemia, ha reiterado que las hermandades “no van a poder poner los pasos en las calles”, y que la Semana Santa “va a perder vistosidad, colorido, va a perder el olor del incienso y la belleza de los nardos”. “Pero, justamente por eso, hemos de redoblar nuestra unción religiosa, nuestra devoción, en el interior de nuestras iglesias”, ha afirmado.
Ha aclarado que, aunque ha dispensado a las hermandades de realizar sus estaciones de penitencia, “no les ha dispensado de vivir con hondura, verdad y autenticidad la Semana Santa”. A continuación ha repasado las jornadas que nos restan por vivir hasta el Domingo de Resurrección: “El Jueves Santo, día del amor fraterno, día de la institución de la Eucaristía, día del sacerdocio; el Viernes Santo, el día que veneramos la cruz de Nuestro Señor Jesucristo y admiramos su entrega por todos nosotros; y el Sábado Santo, día en que nos alegramos con toda la Iglesia por la resurrección del Señor, conscientes de que el Señor vive, el Señor no es un mero recuerdo del pasado, vive y nos da la vida, resucitó verdaderamente”. “Su resurrección no es un hecho simbólico sino real”, ha añadido.
Ha concluido su intervención con un mensaje a los cofrades sevillanos: “Dios quiera que inicien o prosigan una hermosa historia, una hermosa aventura de amistad, de intimidad con el Señor. Que el Señor lo sea todo para ellos, y que ocupe el lugar que le corresponde en nuestro corazón y en nuestra vida”.