“La situación actual es una tragedia en todos los sentidos”, testimonio de una misionera en la India
Sylvia Patoir llegó a la India hace ocho años con su familia por motivos laborales.
Recuerda que entonces todo le asustó y tuvo que “dejar totalmente de lado mi mentalidad cartesiana europea para aceptar su forma de vida, sus costumbres, su todo tan diferente…”
Una vez allí realizó un viaje humanitario con distintas ONGs gracias al cual “descubrí mi vocación. Fue una llamada, no podía quedarme en mi torre de marfil frente a la miseria”. Por ese motivo, creó su propia ONG, Sunsita (Sol del alma): “Nos dedicamos al medio rural, intentamos llegar donde nadie llega. Nuestro lema es ‘Formación para el Progreso’ con el objetivo de evitar que abandonen el medio rural y se encuentren hacinados en la miseria de las ciudades en busca de un sueño que no existe”. Concretamente trabajan en tres frentes: los niños, “a través de su educación”; las mujeres, a las que ayuda a formarse en talleres de costura y, más tarde, venden sus productos. Al respecto, señala que “todos los beneficios vuelven al pueblo, lo que les enseña, además, a ser solidarios, que lo son en cierto aspecto –matiza-, pero es una solidaridad un poco especial debido a la división social de las castas. Nosotros, en cambio, acogemos a todos”. Finalmente, el tercer frente de su ONG es la salud, que atienden gracias a un dispensario gratuito para los habitantes rurales.
En cuanto a la presencia cristiana –y católica- en la India es meramente anecdótica, sin embargo, Sylvia asegura que “nos aceptan muy bien”: “En la India Jesús es considerado un Yoguy, es decir, un ser iluminado –explica-. Además, tienen una Biblia en el templo, conocen a la Virgen María, celebran la Pascua y la Navidad, les encanta la Semana Santa de Sevilla y la salve rociera”.
Por otra parte, destaca las iniciativas misioneras y solidarias de la Iglesia Católica en este país: “Las acciones son enormes, las hermanas, los padres…todos ayudan al máximo. La Iglesia es la primera fuente mundial de ayuda humanitaria”.
“Que Dios nos ayude”
“La situación actual es una tragedia en todos los sentidos, humanitaria, económica y social”, comenta Sylvia, que ha tenido que regresar a España junto a su familia. “La India es un país pobre, y ya tenía antes de la pandemia el sistema sanitario saturado”, ahora el escenario se ha agravado a causa de la desinformación y el alto grado de analfabetismo. En esta línea, apunta la dificultad que supone para la sociedad india aplicar las medidas sociosanitarias recomendadas para evitar la expansión del virus cuando “las familias son inmensas, el contacto es parte de su vida, la intimidad no existe y la base de la sociedad india es la coexistencia y el contacto social intenso”. Acusa también a “la demografía desbordante” como otro factor perjudicial en la crisis actual, así como a la falta de medios: “Cuando no se tiene para comer, ni agua corriente y la economía está basada en puestos ambulantes, ¿cómo lavarse las manos, comprar desinfectante y mascarillas? ¿Cómo ejecutar la distancia social en el hacinamiento de familias enteras viven en el mismo cuarto?”
Ante este panorama lamenta que “la India ha retrocedido todo lo que había avanzado” y teme que tanto su esfuerzo como el de otras ONGs “haya quedado en nada”.
Por este motivo, hace un llamamiento de ayuda y solicita “mandar de forma efectiva oxígeno, medicinas, médicos, medios, infraestructuras hospitalarias, porque allí ya no queda de nada”. Las imágenes que describe para concluir su relato son sobrecogedoras: “Mueren por las calles, niños huérfanos deambulando, cremaciones en masa, están hasta talando árboles porque ni madera les queda”. Por eso, implora a Dios que “nos ayude” en esta “auténtica tragedia dantesca”.