La Archidiócesis de Sevilla se congratula por las ordenaciones de un presbítero y ocho diáconos
Una jubilosa ceremonia tuvo lugar la mañana de este sábado en la Catedral hispalense, donde monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, presidió la ordenación al presbiterado de Jesús Espinar y al diaconado de ocho aspirantes al sacerdocio: Rubén, Jesús, Alejandro, Victoriano, Manuel, Manuel Jesús, Francisco Javier y Aniceto, todos procedentes del Seminario Metropolitano de Sevilla.
“Hoy la Iglesia en Sevilla está de fiesta”, expresó mons. Saiz al inicio de su homilía. “Vosotros formáis parte de estos elegidos, habéis escuchado la llamada del Señor y la habéis seguido”, dijo a los nueve ordenandos.
Don José Ángel manifestó que “hoy día cada vocación sacerdotal es un pequeño milagro; por eso damos gracias a Dios, que nos sigue bendiciendo con nuevas vocaciones”.
Por tanto, “la vocación es un misterio del amor de Dios que haya querido llamarnos a colaborar de esta manera en la construcción de su Reino”
A la Eucaristía de ordenación asistieron el vicario general, miembros del Consejo Episcopal, del Cabildo, el rector y los formadores del Seminario Metropolitano, presbíteros, diáconos, seminaristas, miembros de la vida consagrada, familiares y amigos de los ordenandos.
Llamada y misión
“El encuentro con Cristo que os llama a esta nueva misión, ha transformado vuestra vida, le ha dado un sentido de novedad y plenitud. Hoy resuenan especialmente en vuestros corazones las palabras del Señor, que os ha llamado y os envía a llevar la Buena Nueva. Hoy es una fiesta grande para nuestra Archidiócesis”, reiteró.
En esta línea, “el diaconado es una manifestación de la caridad que ha de distinguir a todos los miembros de la Iglesia”. Exhortó a los nuevos diáconos, servidores de la Palabra, a “no recortar ni adaptar la Buena Nueva del Evangelio por comodidad o para huir de las dificultades”, porque “el diácono ayuda a proclamar el Evangelio, la Palabra de Dios, viva y eficaz, que transforma, que penetra el interior y hace germinar como la lluvia suave sobre el campo”.
Los ocho nuevos diáconos serán a partir de hoy «colaboradores del obispo y de los presbíteros en la celebración de la Eucaristía, el gran misterio de nuestra fe». De allí que los invitó a “ser conscientes de que la liturgia es la acción sagrada por excelencia y la más eficaz en orden a la santificación. Procurad tratar los Santos Misterios con conciencia de servidores, con actitud de admiración y adoración profundas”, resaltó.
Servidores de Cristo y de la Iglesia
El arzobispo de Sevilla manifestó que «el testimonio de servicio en el ejercicio del diaconado hará que muchas personas conozcan el amor de Dios y entren por caminos de conversión», por tanto, recomendó a los ordenandos «procurad ejercer el diaconado de tal manera que podáis ser reconocidos como auténticos discípulos de Aquel que vino a servir y no a ser servido».
Finalmente, mons, Saiz Meneses exhortó al nuevo presbítero y a los ochos diáconos a poner las preferencias «en los más pobres y necesitados y encontrad en ellos el rostro de Cristo, porque el diácono personifica a Cristo Servidor del Padre y de los hermanos” y naturalmente, que «acoged a María como el apóstol Juan, en lo más íntimo de vuestro corazón, y aprended de ella a amar a Cristo y a vivir en unión profunda con Él».
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