Colegios diocesanos, una apuesta segura para la educación de tus hijos (y III)
Con motivo de la campaña de escolarización que están desarrollando los colegios diocesanos este mes de marzo, los directores y directoras de estos centros han contado de primera mano cómo es su trabajo diario y cuál es el ambiente que se respira en los centros educativos. Lo han hecho a través de una serie de tres reportajes en el que han descrito la implicación del profesorado que ofrece una educación individualizada centrada en las necesidades del alumno; así como la amplia oferta educativa y servicios complementarios que encuentran los padres y madres en estos colegios.
Con esta última entrega, la directiva de las escuelas ha querido poner el acento en un aspecto que los caracteriza y define: su ideario católico.
La fe como eje trasversal de la educación
Todos los directores y directoras coinciden en que la enseñanza en valores cristianos no es un añadido a la tarea educativa, sino que el Plan Pastoral supone el centro y fondo de todas las actividades y líneas formativas que proponen. No en vano, apunta María del Valle Sarmiento, directora de Santa María Nuestra Señora, es “el crecimiento personal y espiritual de nuestros alumnos lo que nos diferencia de otros centros”.
De esta forma, cada uno de los doce colegios de la Fundación diocesana de Enseñanza Victoria Díez comienzan su día con la oración de la mañana. Además, celebran Eucaristías mensuales, se suman a los distintos tiempos litúrgicos y festividades religiosas (día de la Inmaculada, día de San José, día de la beata Victoria Díez…) y participan activamente en las campañas de entidades como Manos Unidas, Cáritas Diocesana, la Delegación de Misiones, el Seminario Metropolitano o la Conferencia Episcopal Española.
Asimismo, llevan a cabo proyectos solidarios y cuentan con programas de voluntariado en residencias de ancianos o con personas vulnerables, haciendo al alumnado partícipe de las obras de misericordia y de la llamada a vivir la caridad que propone la Iglesia.
“También –señala Mª Granada Herrezuelo, directora del centro de Educación Infantil San José de Cluny-, en muchas ocasiones, cuando algo nos inquieta, vamos a la iglesia y allí hacemos alguna pequeña oración o cantamos una canción”. Se trata, por tanto, de ir impregnando la vida diaria del alumnado con este humus cristiano desde la cercanía y la naturalidad.
En esta línea, el director de Ntra. Sra. de las Mercedes, José Luis Llamas, recuerda que “son centros muy ligados a las parroquias, y en nuestro colegio, además, tenemos la suerte de disponer de una capilla donde todos los viernes se celebra la Misa para los alumnos y por las tardes se dan catequesis”.
En definitiva, sintetiza Almudena Abaurrea, directora de San Isidoro, «aquí se habla de Dios en matemáticas y Ciencias, porque el claustro lleva inmerso esa misión evangelizadora que tanto nos caracteriza» y, gracias a ello, no solo la fe llega a los niños y adolescentes, sino también a las familias: «Se forma a los padres en el despertar en el proceso de Inciación cristiana y a los alumnos y alumnas para recibir el Sacramento de la Comunión. Además, tenemos el privilegio de que se han bautizado muchos alumnos gracias a que han conocido al Señor en el colegio y han querido dar ellos ese paso, una Gracia que el Espíritu Santo nos concede cada año».
El testimonio, el mejor ejemplo
Pero todas estas acciones no tendrían ningún sentido si la comunidad educativa, especialmente le profesorado, no fuera coherente con los valores que transmite. En opinión de Carmen Mª Navarro, directora del colegio diocesano Ntra. Sra. del Valle, «en nuestro centro somos conscientes de que la fe no se transmite impartiendo una asignatura, sino que la fe se “contagia” y se transmite de persona a persona, a través de las acciones y la experiencia personal de cada uno».
Por este motivo, desde la Fundación se hace una minuciosa selección del personal, en la que se cuida que el claustro no solo tenga una formación académica adecuada y los títulos pertinentes para la docencia, sino también que tenga una vida acorde al Evangelio.
En palabras de Francisco Navas, director del colegio Ntra. Sra. de las Nieves, “el profesorado no solo enseña, sino que tiene como su misión la evangelización”. Asimismo, agradece que gracias a este ambiente “podemos vivir en comunidad nuestra fe y transmitirla sin inconvenientes al alumnado”.
Esta es una premisa que comparten todos directores de los colegios. Por ejemplo, según Eduardo Marrón, director del Sagrado Corazón, “estoy al servicio de Dios para realizar Su obra” a través de su trabajo con los niños y jóvenes.
De igual forma se expresa el director de San Bernardo, Antonio Macías, que confiesa que trabajar en un colegio diocesano “supone una satisfacción personal puesto que se nos da la oportunidad de poder enfrentarnos a un reto tan difícil como es el de formar personas en todas sus facetas, no solo en el plano académico, y contribuir así a la verdadera misión de la Iglesia como miembros que somos de ella”.
Por todo ello, los directores y directoras de los colegios diocesanos animan a padres y familias a que “escuchen testimonios y opiniones de distintos miembros de las comunidades educativas de estos centros, porque en cuanto se conocen un poquito, te enganchan” (Herrezuelo). A lo que Manuel Toledo, director del Corpus Christi añade que “si vienen a los centros diocesanos no se irán defraudados”.
Desde la Fundación diocesana de Enseñanza ‘Victoria Díez’ reconocen que la elección del centro escolar no es una decisión fácil para muchos padres, por este motivo, se pone a disposición de todas las familias interesadas en su docena de colegios para darles a conocer su ideario y su proyecto a través de citas individualizadas que puede solicitar a través del correo electrónico.
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