#HazMemoria| La formación en las hermandades y cofradías
La formación es una necesidad para toda persona. Para un cristiano, es una pieza clave en su vida espiritual, porque dando razones de nuestra fe es la mejor forma de evangelizar y cumplir la misión profética. En las hermandades, la formación forma parte junto al culto y la caridad, de los pilares sobre los que se asientan las asociaciones religiosas.
Así, todas las hermandades en sus reglas animan a habilitar cuantos medios sean precisos para conseguir, que a través de una buena formación teológica y espiritual sus hermanos den un ejemplar testimonio de vida cristiana.
En las juntas de gobierno, órgano deliberante y ejecutivo encargado de dirigir, administrar y gobernar las hermandades, hay una persona encargada de la organización del plan formativo de la misma. El diputado de formación será la persona que organice y vele por hacer llegar a los hermanos la importancia de acudir y participar de las formaciones previstas. Deberá promover la formación espiritual y humana de los hermanos, colaborando con los organismos competentes de la Iglesia, en todos lo referente a la formación. Todo esto de la mano del director espiritual y en colaboración con el párroco correspondiente.
Dentro del plan formativo de cada hermandad se tienen en cuenta los distintos grupos de hermanos dentro de la corporación, y se adaptan las distintas formaciones según edad, función del hermano en la cofradía, objetivos a alcanzar, entre otros aspectos.
Actualmente unidos a las parroquias se ofrecen catequesis de Confirmación, aprovechando la gran afluencia de jóvenes a las entidades.
A lo largo del año se elige un tema en el que confluirá la formación anual, siempre para promover y animar a los hermanos en su crecimiento y profundización en torno al espíritu fundacional de cada corporación. Se hacen convocatorias en sesiones semanales o quincenales, organizando grupos de formación, que se reúnen según el tiempo acordado y los objetivos marcados.
Además, a lo largo del año se organizan charlas puntuales abiertas a todos los hermanos que quieran participar sobre temas elegidos según los acontecimientos, la vida de cada hermandad y teniendo en cuenta las celebraciones de la Iglesia. En este ámbito se suelen ofrecer retiros en los distintos tiempos litúrgicos. Se llevan a cabo formaciones dedicadas a los acólitos, en las que se dotan de conocimientos teóricos-prácticos para que los cultos se desarrollen de la forma más solemne.
Muy importante y determinante a la hora de tomar contacto con los nuevos hermanos, son las charlas y cursos de formación que se organizan para aquellos que empiezan a formar parte de una hermandad.
En estos tiempos también se desarrollan planes formativos on-line, a través de las web de las hermandades y grupos de WhatsApp, haciendo píldoras de diferentes temas de la vida de la Iglesia, de los santos, de la liturgia, que favorecen al incremento del conocimiento personal de cada uno.
Desde las hermandades se convocan a las formaciones organizadas por el Consejo General de Hermandades y Cofradías y de la Archidiócesis, aprovechando así todos los recursos que se ponen a disposición de las corporaciones.
En los últimos años, también entre las mismas hermandades se han organizado ciclos formativos como, por ejemplo, las hermandades del Arciprestazgo de Triana-Los Remedios que en el mes de noviembre y elegido el tema, organizan varias sesiones semanales.
Es una labor tan apasionante como dificultosa pero muy necesaria, y en la que es necesario emplear tiempo, recursos y dedicación para que las corporaciones crezcan y se adapten a los tiempos en los que vivimos.
María Carmona