Archidiócesis de Sevilla

Comenzamos el mes de mayo dedicado tradicionalmente a la Virgen María, a la que en las circunstancias actuales pedimos por su intercesión el don de la paz para el mundo entero. Lo hacemos ante esta imagen de la Virgen del Carmen de Calatrava, que presidirá en la Catedral de Sevilla el pregón de las hermandades de Gloria de este año.

Esta hermosa y delicada imagen, realizada en madera, barro y telas encoladas, es una obra anónima, si bien varios autores la relacionan con Cristóbal Ramos o su círculo, por lo que podemos fecharla en la segunda mitad del siglo XVIII, guardando algunas similitudes con otras imágenes marianas como la Virgen del Carmen de la Parroquia de San Andrés. Representa a la Virgen sentada sobre una nube repleta de cabezas de angelitos que intentan alcanzar con su mirada a la Señora y uno de los cuales aparece curiosamente boca arriba. La Virgen se nos muestra vestida con el hábito carmelita: con túnica, escapulario con el escudo del Carmelo y capa sobre la que descansa su largo pelo, y con su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús, de gran belleza y dinamismo, que se muestra con sus brazos abiertos hacia el fiel que a Él se acerca, pareciendo que quiera escaparse de su Madre como si tuviera urgencia de comenzar su misión redentora en el mundo, mientras que con su mano derecha presenta el gesto de bendecir.

La imagen completa su iconografía carmelita con los escapularios que porta en su mano derecha, con la que sostiene igualmente el cetro de Reina que, junto con la media luna que aparece a sus pies, la corona que lleva en su cabeza y la ráfaga nos la presentan como la Reina del Carmelo y la mujer del Apocalipsis.

Sobresale en esta encantadora escultura la belleza de los rostros de la Madre y del Hijo, así como el movimiento de este último, y la prestancia y elegancia de todo el conjunto.

Esta imagen se venera en la Capilla de la Santa Cruz del Rodeo y Nuestra Señora del Carmen, situada en la Alameda de Hércules, al comienzo de la calle Calatrava, erigida como Ermita en 1646, a la que en 1754 se le añadió la espadaña que corona la portada principal. Consta de una sola nave con cubierta a dos aguas, estando cubierto el espacio del presbiterio por una cúpula sobre pechinas.

Pertenece a la Real, Ilustre, Fervorosa y Antigua Hermandad de la Santa Cruz del Rodeo y Nuestra Señora del Carmen, que fue fundada en 1502 para dar culto a una cruz de hierro que estuvo en el sitio de la Capilla hasta finales del siglo XVIII, y que se convirtió en el escenario de varias leyendas que transcurren en el siglo XVII y que presentan historias que recuerdan al Tenorio.

Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural