IV Centenario de la canonización de 1622 (II)
San Isidro Labrador, Parroquia de San Miguel, Marchena
El 12 de marzo de 1622 tuvo lugar en Roma la histórica canonización de San Isidro Labrador, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri por el Papa Gregorio XV. Por ello vamos a escoger una imagen perteneciente a nuestra Archidiócesis de cada uno de estos santos. Comenzamos hoy con la escultura de San Isidro Labrador que se encuentra en la Parroquia de San Miguel de Marchena.
Esta imagen es obra del escultor, ensamblador y entallador Juan del Castillo, del que conocemos pocos datos. Desarrolló su actividad artística durante el siglo XVIII en la Campiña sevillana, especialmente en Marchena y Carmona, esta última posible ciudad natal del artista. Algunas de sus obras más relevantes son el retablo de la Soledad en la iglesia de Santa María de la Mota, donde trabaja en colaboración con Pedro Duque Cornejo, o la imagen de Santa Bárbara de la iglesia de San Sebastián, ambas en Marchena, así como los retablos de la Divina Pastora en la Parroquia de San Bartolomé y el retablo de la Soledad del Convento del Carmen Calzado en Carmona.
Como señala el investigador Juan Antonio Arenillas en un interesante artículo sobre este escultor, el 12 de febrero de 1711 se concierta la imagen de San Isidro por parte de Juan del Castillo con D. Luis Ponce de Rueda, junto con dos ángeles.
Se nos muestra al santo labrador con la iconografía que quedará fijada tras su canonización, es decir, no vestido como un labrador de su tiempo (vivió a caballo entre los siglos XI y XII), sino como uno del siglo XVII, fecha de su elevación a los altares. Con su mano derecha sujeta la aguijada con la que guiaba a los bueyes y que se suele presentar rematada por un haz de espigas.
Destaca en esta obra la elegancia del conjunto, así como el rostro del santo, que presenta gran unción.
Aunque su vida se mezcla con la leyenda, parece ser que Isidro nació en Madrid siendo rey de Castilla y León Alfonso VI. La iconografía más antigua que se conserva de este santo es el arca de madera del siglo XIII que guardó su cuerpo incorrupto, que presenta en su parte frontal un pergamino con la representación de sus principales milagros y que hoy se halla en la Catedral de la Almudena. Determinante en la iconografía del santo será la imagen que Gregorio Fernández talle alrededor de 1629 para la iglesia Parroquial de Dueñas, en Palencia.
Junto al resto de los santos canonizados en aquella ocasión que ponían de manifiesto lo que las órdenes religiosas y el clero regular habían aportado a la lucha contra el protestantismo, San Isidro representaba la participación de los laicos en la Reforma Católica, cimentada en la tradición de la Iglesia medieval.
Antonio Rodríguez Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural
Fotos: José Vicente Castro Lebrón
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