“Las familias están llamadas a ser luz del mundo y esto constituye su mayor desafío”, directores del COF de San Sebastián
Monseñor Juan José Asenjo, siendo aún arzobispo de Sevilla, fundó el Centro diocesano de Orientación Familiar (COF) de San Sebastián el 14 de octubre de 2013. Por tanto, el próximo año se celebrará el décimo aniversario de este COF, lo que supone “un motivo para dar gracias a Dios por todos los dones recibidos durante estos años y por la consolidación de un proyecto muy ambicioso, basado exclusivamente en la acción de voluntarios”, señalan David Sánchez (Madrid, 1977) y María del Mar Pino (Sevilla, 1977), directores desde su inauguración. El matrimonio, casado desde hace 18 años y con cuatro hijos añade que “esta celebración renueva el compromiso de seguir trabajando por las familias en un entorno cada vez más hostil para ellas”.
Durante la última década este COF ha acompañado a más de cuatrocientas familias de forma directa, y estiman que alrededor de cinco mil personas han participado en sus numerosos programas de formación.
Junto al área formativa, se suma la promoción de una cultura de matrimonio y familia verdaderos y la asistencia a familias en situación de dificultad.
En cuanto a la promoción, explican los directores, desde el Centro se organizan conferencias en colegios, hermandades o parroquias, y también intervienen en los medios de comunicación.
En el área de formación, “el COF tiene un programa similar cada año. En octubre, la conferencia de apertura de curso presenta un tema de altura que se desarrolla durante el año a través de ciclos trimestrales específicos. Estos, además, cuentan con tres actividades -conferencias o mesas redondas- sobre temas de familia concretos que se abordan desde las perspectivas psicológica, espiritual y práctica”. Asimismo, se imparten anualmente talleres de Teen Star para adolescentes y recientemente se ha creado un grupo de novios a los que se ofrece formación remota para el matrimonio. “Están pilotados por un matrimonio experimentado y, en él, se preparan para la vida matrimonial y familiar a través de formación con materiales específicos y testimonios de ponentes externos. El grupo recibe también el apoyo espiritual de los sacerdotes que colaboran en el COF”.
Finalmente, en el ámbito asistencial “deseamos destacar la colaboración del COF con el Proyecto Raquel, de la Delegación de Familia y Vida, así como con el Tribunal Metropolitano en dos aspectos concretos: impartiendo los cursillos para el levantamiento del veto y asesorando en materia de nulidad matrimonial. Recientemente, también se ha puesto en marcha una nueva actividad formativa para acompañar a personal sanitario que desarrolla su labor en contacto con las familias. Este grupo también presta apoyo a familias en las que la enfermedad se ha hecho presente”.
Una labor desinteresada
Para llevar a cabo este prolífico programa de actividades y los numerosos servicios prestados por el Centro de Orientación Familiar de San Sebastián, David y María del Mar agradecen la colaboración de los voluntarios, concretamente una quincena de profesionales (entre psicólogos, psiquiatras, médicos y abogados) y de diez matrimonios. Asimismo, reconocen “el papel fundamental de nuestras ‘madrinas’, las madres carmelitas del Convento de Santa Ana que rezan por las necesidades e intenciones del COF y por las familias que aquí son atendidas”.
En esta línea, también agradecen la inestimable ayuda y acompañamiento de los sacerdotes vinculados al COF; de los anteriores delegados de Familia y Vida, Juan Manuel Granado y María Dolores Sánchez-Campa, “que tanto tiempo y esfuerzo han dedicado”; y al “apoyo imprescindible de las hermandades cuya obra social sostiene económicamente a los diferentes COFs; mencionamos de manera singular a la Hermandad de La Paz por todo el apoyo que viene prestándonos desde sus inicios y a través de las diferentes Juntas de Gobierno”.
Desafíos y respuestas para la familia de hoy
Tras su experiencia como directores del Centro durante diez años y con una amplia de formación a sus espaldas (Máster en Pastoral Familiar, cursos y talleres, bibliografía especializada, etc.) este matrimonio habla con conocimiento de causa cuando defiende que “el principal reto de la familia en la actualidad es vivir de manera fiel a su propia naturaleza, al designio de Dios para ella. La familia, sin embargo, está expuesta a una campaña de desprestigio, intento de suplantación y falta de apoyo legal y administrativo (leyes de convivencia, salud, educativa…) en su naturaleza auténtica. Ahora bien, nada más lejos de nuestra idea que una visión apocalíptica para el futuro de la familia. Todo lo contrario. El poder evangelizador y de transformación de una familia que vive con radicalidad la llamada de Dios es hoy mayor que nunca. Las familias están llamadas a ser luz del mundo y esto constituye su mayor desafío”.
Para lograr este objetivo, consideran que es necesario, por un lado, “la oración para hacer frente a la tentación y evitar el pecado”, y por otro, “adquirir las competencias necesarias para vivir el matrimonio y educar a los hijos de manera que se prevengan las dificultades o, si no se pueden prevenir, al menos se atenúen sus consecuencias”.
Precisamente, en los Centros diocesanos de Orientación Familiar se facilitan numerosas herramientas y estrategias para favorecer la relación matrimonial y familiar y, en definitiva, para vivir esta vocación como Dios la pensó. Esta tarea no resulta siempre fácil: “La mies es mucha y los obreros pocos”, recuerdan los directores. Por eso invitan a “cualquier persona o matrimonio interesada en colaborar en esta pastoral tan necesaria y tan bonita” a ponerse en contacto con los COFs de la Archidiócesis de Sevilla. “Es cierto –advierten-, que una vocación de servicio no es suficiente, sino que requiere de cierta formación en diferentes niveles (estar familiarizado con el magisterio de la Iglesia en el ámbito de la familia, sacramentos y moral sexual, tener formación en el ámbito psicológico, técnicas de mediación y acompañamiento, escucha, etc.”. Si bien, insisten, “hay que tener en cuenta que el COF desarrolla actividades en ámbitos diferentes y, por tanto, cabe la especialización en un tipo específico de actividad”. Además, “tanto los COFs, como la Fundación que los ampara, como la Delegación diocesana de Familia y Vida organizan periódicamente actividades de formación para sus colaboradores, de modo que estos aumenten sus recursos para acompañar y atender de manera más eficaz a las familias”.
El COF “nos ayuda a crecer en amor a Dios y a la Iglesia”
Si María del Mar y David sirven a la Iglesia como directores del COF de San Sebastián no es casualidad. Pues desde el inicio de su matrimonio han sentido una especial sensibilidad por la pastoral de la familia. “Desde los primeros años de nuestro matrimonio hemos vivido nuestra fe con otros matrimonios, formando parte de los grupos de matrimonios de la Parroquia de San Sebastián. Allí aprendimos la importancia del acompañamiento, del aprendizaje, de la oración en común y de la formación continua, y recibimos el apoyo necesario para superar momentos de dificultad”.
En paralelo, ambos participaban en otras actividades de pastoral en la parroquia, “no estrictamente vinculadas a la familia, pero sí entrando en contacto con ella”. En ese contexto recibieron la invitación del párroco, Isacio Siguero, a colaborar en el proyecto de creación de un Centro de Orientación Familiar con sede en la parroquia. “Tras el necesario discernimiento, y siendo conscientes de la importancia capital de una pastoral específica dirigida a acompañar a las familias, comenzamos nuestra andadura en el COF”.
Reconocen que esta experiencia es “muy singular”, pues supone “servir a otros para que respondan con plenitud a la vocación específica que comparten con nosotros. Al acompañar a otras familias no damos soluciones mágicas, no instruimos o educamos, sino que compartimos inquietudes, esperanzas, dificultades y alegrías para dar respuesta a la llamada de Dios. En otras palabras, en el COF las familias se acercan a Dios, tanto aquellas que llegan buscando el apoyo que no encuentran en otras instituciones como aquellas que colaboramos”.
Así, concluyen, este apostolado “ayuda a que nuestra familia crezca en el amor a Dios y la Iglesia, a la vez que nos permite devolver una parte (aunque sea pequeña) de todo lo que hemos recibido de la Iglesia a lo largo de la historia de nuestra familia”.