Recuerdo del padre Manuel Ruiz Jurado
Aunque el padre Manuel Ruiz Jurado, SJ, falleciera hace más de dos meses, su recuerdo aun perdura en la Iglesia sevillana. No en vano, son muchas las buenas obras que don Manuel realizó e innumerables los servicios prestados a la Iglesia, teniendo especial vinculación con la Archidiócesis de Sevilla, ciudad a la que fue destinado en 2011.
Por este motivo, el próximo jueves, 29 de septiembre, está prevista la celebración de una Eucaristía en la que se pedirá por su eterno descanso y se realizará un acción de gracias por su ministerio sacerdotal. La cita es en la iglesia Portaceli, de la Compañía de Jesús (Avenida Eduardo Dato, 20), a las ocho de la tarde.
Referente en espiritualidad ignaciana
Manuel Ruiz Jurado nació en Guarromán (Jaén) en el año 1930. De su vida sacerdotal destaca que ejerció como profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana, residiendo en Roma durante más de cuarenta años. Por otro lado, publicó diversos libros sobre la espiritualidad ignaciana que constituyen una verdadera referencia. Con relación a los ejercicios espirituales, era considerado a nivel internacional como uno de los grandes expertos, impartiendo los mismos en diversos lugares del mundo. Entre otras publicaciones, son destacables “El discernimiento espiritual” (2002), “Tratado de la oración mental cristiana” (2016), “Bases teológicas de los Ejercicios Ignacianos” (2017) y “Para encontrar la voluntad de Dios” (2018).
Su condición de consultor de la Congregación para las Causas de los Santos le llevó a atender especialmente a las Hermanas de la Cruz, siendo de reconocimiento general sus dos libros sobre santa Ángela, por la que sentía profunda devoción: “La noche oscura de santa Ángela de la Cruz” (2011) y “Donde el bajar es subir” (2020).
Asimismo, el ministerio desarrollado por el padre Ruiz Jurado en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la calle Jesús del Gran Poder, ha sido amplio y fecundo. A pesar de su delicada salud, impartió con fidelidad, cada año, el curso sobre la ‘Oración mental cristiana’, en el que han participado cientos de personas. A muchas de ellas las acompañaba personalmente en los “Ejercicios espirituales en la vida diaria”, aportándoles su ayuda en los procesos de conversión y discernimiento.
Esta vocación de servicio y disponibilidad incluso se vio reflejada en su colaboración en la Parroquia del Sagrario, tras el accidente sufrido por su párroco, ofreciéndose voluntariamente para reforzar al equipo parroquial en las Eucaristías dominicales.