Monseñor Saiz inaugura el curso del Consejo de Hermandades de Sevilla
El Consejo General de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla ha puesto en marcha este lunes el nuevo curso cofrade 2022-23 con la conferencia inaugural, que por segundo año consecutivo, ha protagonizado el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, y que tuvo lugar ayer en el Teatro Cajasol ante una destacada representación de las hermandades sevillanas. Una ponencia que fue presentada por el presidente del Consejo, Francisco Vélez de Luna.
La conferencia, titulada ‘Tiempo de postpandemia: retos, claves y actitudes pastorales’, trató sobre la misión de la Iglesia y, por consiguiente, de las Hermandades y Cofradías en este tiempo; sobre los retos, las claves y las actitudes necesarias para llevar a cabo la misión evangelizadora una vez que comenzamos a dejar atrás la pandemia del coronavirus.
El arzobispo comenzó su reflexión haciendo hincapié en que vivimos en un contexto de globalización, un fenómeno que “tiene consecuencias en todos los ámbitos de la vida: social, cultural, económica, política, científica, educativa, deportiva, artística y también en la religión”. Pese a una sociedad en constante cambio y a que “vivimos inmersos en un cambio de época”, el arzobispo constataba que también existen una serie de elementos perdurables: “Percibimos que el corazón humano del hombre de hoy, como el de todas las épocas, tiende a una felicidad plena. Pero experimenta una y otra vez que no encuentra la plenitud y felicidad que esperaba”.
En esta línea, continuaba, “el ser humano se plantea el problema de su felicidad en términos de infinito, en términos de trascendencia. El hombre necesita razones para vivir, para sufrir, para entregarse, para dar lo mejor de sí mismo, para morir si llega el caso. La felicidad brota como consecuencia de haber entregado generosamente lo mejor de uno mismo por una causa noble”.
A continuación, desarrolló su ponencia en tres partes:
En la primera se centró en los retos de la sociedad actual, de los cuales destacó que “que estamos en un momento histórico de profundas transformaciones, que se perciben sustancialmente en los siguientes ámbitos: el antropológico, el cultural, el económico y sus expresiones: ecológica y tecnológica”. Al respecto, citó al sociólogo Zygmunt Bauman y su metáfora de la liquidez para describir los tiempos actuales. Asimismo, mencionó las reflexiones del papa Benedicto XVI sobre la cultura dominante, en la que reina el subjetivismo y el relativismo. “En consecuencia, se hacen muy difíciles los compromisos estables y la vivencia de la fe”, lamentaba el prelado.
Finalmente, en esta primera parte insistió que, como cristianos, debíamos valernos de las tecnologías y de las redes sociales para “anunciar el Evangelio a nuestros hermanos en pleno tercer milenio. Twitter, Facebook, Instagram, TikTok, Twitch y demás plataformas, no nos deben ser ajenas: hemos de ser misioneros digitales, apóstoles desde los bits”.
En un segundo momento de su conferencia, monseñor Saiz abordó algunas claves para la evangelización de nuestra sociedad, destacando la importancia de transmitir el testimonio de una vida cofrade y cristiana ante una sociedad desvinculada y líquida. “Para poder ofrecer ese testimonio es necesario vivir una espiritualidad recia y profunda”, destacó. Igualmente, apuntaba, “para ser auténtico testigo de Jesucristo en la sociedad actual es necesaria una sólida formación. Eso significa, ser competente en el ámbito profesional, y adquirir también una formación integral, una síntesis entre fe, cultura y vida”.
También ofreció otras claves para responder a retos actuales como la pobreza y la migración: “La sensibilización y la denuncia son dos herramientas fundamentales para incidir en la sociedad. La finalidad es que seamos conscientes del sufrimiento de los demás, que nos compadezcamos, que curemos sus heridas, que los acojamos en casa, que luchemos por cambiar las estructuras injustas, por una sociedad acorde a la voluntad de Dios”.
Finalmente, en el tercer y último punto monseñor Saiz Meneses habló acerca de las actitudes para emprender la tarea evangelizadora. Actitudes esenciales para “responder al reto de la santidad personal y de una pastoral evangelizadora en nuestra Archidiócesis de Sevilla”. Entre ellas señaló vivir una profunda espiritualidad; tener sentido de Iglesia en lugar de vivir la fe de forma individualista; “andar en verdad y humildad”, es decir, “el cristiano ha de ser un sujeto consistente y firme, para llegar a vivir con firmeza, con consistencia”; ser alegres y practicar la solidaridad con el sufrimiento humano.