DE RE METALLICA: UN ÉXITO DE VENTAS DEL SIGLO XVI ENTRE LOS LIBROS CIENTÍFICOS DE LA BIBLIOTECA CAPITULAR DE SEVILLA
Destacamos entre los tesoros bibliográficos de la Catedral de Sevilla el De re metallica (en español: Sobre los metales), libro publicado en Basilea en 1556 que aborda por primera vez en detalle el estado del arte de la minería y la metalurgia de la época, convirtiéndose en el texto de autoridad más influyente sobre estos temas durante los dos siglos siguientes. Su autor Georg Bauer (1494-1555) más conocido por la forma latinizada Georgius Agricola, fue un médico alemán y autor polifacético sobre temas diversos: médicos, químicos, matemáticos e históricos. Pero, sin duda, su gran aportación fueron los estudios que plasmó en esta obra, aparecida póstumamente debido al retraso en la preparación de las excepcionales y complicadas xilografías que la ilustran.
AGRICOLA, Georgius. De re metallica. Basilea: Hieronymus Froben y Nicolaus Espiscopius, 1556. BCC, 62-7-27.
Se trata de la obra más ambiciosa de Agricola, fundador de la mineralogía moderna, ideada en el distrito minero de Sajonia, donde ejerció como médico y donde pudo realizar frecuentes visitas a las minas y desarrollar su auténtica pasión por el estudio de la minería y la geología mediante la observación cuidadosa y directa.
Hasta entonces la minería había estado en manos de profesionales y expertos que no estaban dispuestos a compartir sus conocimientos de siglos, fundamentalmente experienciales y transmitidos oralmente. En la Edad Media esas personas tenían el mismo papel de liderazgo que el de los maestros constructores de las grandes catedrales, o el de los propios alquimistas, constituyendo una élite cerrada al mundo exterior. Pero en el Renacimiento, con el transporte mejorado y con la invención de la imprenta, las aspiraciones de una difusión más rápida y ágil del conocimiento alcanzará a todas las disciplinas, y, aunque ya se habían publicado algunos trabajos sobre el tema, el De re metallica se erigirá como el más importante de su género.
Es ejemplar de la edición príncipe del libro, que será reimpreso tras su enorme éxito en varias ediciones latinas (1561, 1621 y 1657), así como en primeras traducciones al alemán (1557) y al italiano (1563). La publicación en latín significaba además que podía ser leída por cualquier europeo culto de la época. En el siglo XX aparecieron no menos de 28 ediciones en diferentes idiomas, destacando la de la primera traducción inglesa en Londres de 1912 a cargo de Herbert Hoover, ingeniero y futuro presidente de los Estados Unidos.
La obra, dividida en doce libros, abarca todos los aspectos de la tecnología minera, el equipo y la maquinaria, la prospección y las artes de refinación de metales varios, convirtiéndose además en el texto fundamental sobre la química del período. Está profusamente ilustrado con 292 grabados en madera, de cuya importancia ya dio cuenta el propio autor al considerar necesarias las ilustraciones tanto como las palabras para ser plenamente comprendido. Fue precisamente este elevado número de grabados y las detalladas descripciones lo que hizo de este libro una referencia práctica para aquellos que deseasen reproducir lo último en tecnología minera.
Presenta anotaciones manuscritas de censura advirtiendo que se trata de un autor reprobado y de que la obra está permitida una vez expurgada (lo que no llegó a suceder, afortunadamente). También consta en la hoja de guarda la procedencia del libro: “Araujo”, pues forma parte del rico legado de libros, muchos de ellos de carácter científico (abundando los de medicina) que formaron parte de la librería privada del canónigo sevillano José Gil de Araujo (1749-1802).
Antonio Segura Morera, Bibliotecario de la Catedral y Arzobispado de Sevilla
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