La Catedral acoge el sábado la ordenación conjunta de diáconos y sacerdotes
La Nave del Crucero de la Catedral de Sevilla acogerá la mañana del sábado, 16 de septiembre, una de las celebraciones más esperadas del calendario diocesano. Cuatro seminaristas serán ordenados diáconos y otros tantos diáconos recibirán el orden sacerdotal de manos del arzobispo, monseñor José Ángel Saiz, en una ceremonia que comenzará a las once de la mañana.
Después de muchos años en los que se celebraban por separado, en esta ocasión se vuelven a unir las ordenaciones de diáconos y presbíteros en una misma ceremonia. Si habitualmente se trata de actos con una evidente riqueza litúrgica, al juntar ambas ordenaciones se observan detalles y particularidades con un significado propio.
Los nuevos diáconos son Fernando Martín, Andrés Rodríguez, Camilo Castillo y Moisés Benavides. Los dos últimos han recibido su formación en el Seminario Redemptoris Mater. Por otro lado, Germán Carrasco, Manuel Franco, José Pablo Hoyo y Julio Sánchez, serán ordenados sacerdotes por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz.
Una liturgia cargada de símbolos
Presidirá la ceremonia al arzobispo hispalense, que estará acompañado por los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia, así como por una nutrida representación del clero diocesano. El rito de la ordenación comenzará al término de la lectura del Evangelio. Los candidatos al diaconado y presbiterado son llamados al altar, donde se realiza su escrutinio. Tras la homilía, los futuros diáconos y sacerdotes expresan su voluntad de recibir los ministerios. Seguidamente se da paso a uno de los momentos más esperados de la ceremonia, cuando los ocho ordenandos, cuatro diáconos y otros cuatro sacerdotes, se postran en el suelo mientras la asamblea canta las letanías.
La ordenación propiamente comienza con la imposición de manos del arzobispo sobre las cabezas de los elegidos para el orden del diaconado. Del altar, pasan a un sector de la nave donde son ayudados a colocarse las vestiduras (estola al modo diaconal y dalmática). Regresan al altar, y el arzobispo les hará entrega del libro de los Evangelios.
El rito se repite con los candidatos al sacerdocio, si bien se observan unas pequeñas diferencias. Los futuros presbíteros reciben la imposición de manos del arzobispo y de los sacerdotes presentes, y la vestidura propia de su orden consiste en la estola al estilo presbiteral y casulla. El siguiente momento se localiza en el presbiterio bajo, donde monseñor Saiz les ungirá con el sagrado crisma la palma de las manos. Si los diáconos reciben el libro de los Evangelios, los futuros sacerdotes recibirán la patena y el cáliz, ya con el vino y el agua para la celebración de la misa. Tras la acogida de los nuevos presbíteros y diáconos por parte del prelado sevillano, se retoma la celebración normal de la Eucaristía, y los cuatro jóvenes recién ordenados sacerdotes pasan a ser los primeros concelebrantes.
El acompañamiento musical de la misa correrá a cargo de la coral polifónica de la Catedral, dirigida en esta ocasión por Alfonso Peña, y Carlos Navascués interpretará las diversas piezas al órgano.
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