La Acción Conjunta contra el Paro cumple diez años
La Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla acogió el pasado sábado, 10 de febrero, el acto de celebración del décimo aniversario de la Acción Conjunta contra el Paro (ACCP). Una fecha que han hecho coincidir con su tradicional encuentro diocesano, que este año se ha desarrollado bajo el tema ‘La economía de Francisco y Clara’.
El encuentro comenzó con la proyección de un vídeo en el que se hacía balance de los diez años en los que la Iglesia en Sevilla, a través de la ACCP, ha ido sensibilizando a la comunidad cristiana y a la sociedad sobre los problemas y la realidad que sufren muchas personas a causa del desempleo y el trabajo precario. A continuación, el vicario episcopal de Pastoral Social, Salvador Diánez, condujo la oración inicial.
La búsqueda de un nuevo paradigma económico
El acto contó con la presencia de Joaquín Arriola, doctor en Economía, profesor de la Universidad del País Vasco, militante de HOAC y miembro del Consejo Científico de la Fundación FOESSA, que llevó a cabo la ponencia ‘La Economía de Francisco y Clara: una economía al servicio de la persona y la defensa de la vida’. Durante su desarrollo, el ponente abordó diversos temas relacionados con la geopolítica y geoeconomía mundial, haciendo reflexionar sobre cómo China ha sido capaz de eliminar a su población de la extrema pobreza en siete años, y otros países no lo han sido. Además, Arriola profundizó en la necesidad de un nuevo paradigma económico, “la Economía de Francisco”.
Tras su intervención, hubo una mesa redonda moderada por Ainhoa Ulla, responsable del Departamento de Comunicación de Cáritas Diocesana de Sevilla, en la que intervinieron el mismo ponente, junto con Joaquín Castellón, sacerdote vinculado a la pastoral social y actual párroco en San José Obrero de San Juan de Aznalfarache; e Isabel Cuenca, exsecretaria general de Justicia y Paz. Desde una perspectiva ética y las orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia, Joaquín Castellón comentó que la “Economía de Francisco es una propuesta a abrir búsqueda de un nuevo paradigma desde muchos ámbitos”, destacando la importancia de “abrir procesos”.
Por otro lado, respecto a la preocupación por la emergencia climática, Cuenca señaló la importancia de “no separar al hombre de la naturaleza, tener siempre presente en cualquier planteamiento económico que este no se puede concebir sin tener en cuenta a la naturaleza”. Arriola, por su parte, apuntó, basándose en palabras del papa Francisco, que “el sujeto activo del cambio tiene que ser los pobres, no como destinatarios, sino como protagonistas”.
El diálogo continuó de forma abierta con los participantes, que plantearon varias cuestiones sobre la búsqueda de este nuevo modelo económico.
Emergencias y retos de la economía, la empresa y el trabajo
Para finalizar, Diego Márquez, delegado diocesano de Pastoral Obrera, leyó un comunicado en el que ofrecía, desde la ACCP, algunas orientaciones “que nos sirvan para poner luz en medio de tanta oscuridad y crispación como padecemos”. En primer lugar, enumeró cinco emergencias: climática, migratoria, de la guerra, de la pobreza y la desigualdad “provocadas por un sistema económico depredador incapaz de acoger el trabajo de las personas, que fomenta el individualismo posesivo consumista, destroza la ética y la moral y genera la cultura del descarte y la indiferencia ante el dolor humano”; y la emergencia totalitaria “expresado en la crispación política, la mentira o las noticias falsas”.
Como respuesta, proponen la comunión y la fraternidad: “Vivir como hermanos y hermanados con la naturaleza, en agradecimiento a Dios como Padre universal fue el principio dinamizador de la vida de Francisco y de Clara de Asís, y pretende ser el principio de la nueva economía a la que llama el Papa Francisco. Esta esencia fraterna, y no el beneficio y enriquecimiento individual, debe constituirse como el principio estructurador de la nueva y necesaria empresa, y del necesario y nuevo trabajo centrado en la primacía de la persona, que posibilite experimentar que su actividad las une en el servicio y amor a todas las demás”.
Finalmente, en el comunicado se recogen los principales retos para la economía, la empresa y el trabajo. Entre ellos, se destaca que estos tres espacios “deben posibilitar el desarrollo integral de las personas y convertirse en instrumentos privilegiados para afrontar el problema del cambio climática”. Igualmente, la economía, la empresa y el trabajo “deben posibilitar las condiciones necesarias para que las personas jóvenes puedan construir una vida autónoma”, a la vez que “acoger a las personas migrantes y estar al servicio de la persona en su integridad”. En esta línea, instan a que favorezcan “la fraternidad, el bien común, la protección del medio ambiente, y ante todo, la dignidad de la persona”. Para ello, concluye el comunicado, “la política debe servir al pueblo”.
Sobre la Acción Conjunta contra el Paro
La ACCP surge de una realidad preocupante en la Diócesis de Sevilla debido a la falta de empleo y precariedad laboral. Ante esta situación, se produjo en 2014 un proceso de reflexión, de oración y de alternativas nuevas a la situación laboral de Sevilla, que desembocó en la creación de la ACCP. Un movimiento donde se busca tomar conciencia desde la Iglesia de la realidad que existe en el ámbito del trabajo en la sociedad. Durante estos diez años, una de las acciones que se han llevado a cabo han sido los Encuentros Diocesanos, en los cuales han participado algunos de los mejores pensadores de la Iglesia sobre una nueva economía. La ACCP ha demostrado la necesidad de unir esfuerzos, de trabajar juntos ante esta realidad, y continúa teniendo como misión seguir sensibilizando a la comunidad cristiana de la importancia de la lucha por un trabajo decente.