La Iglesia reclama un trabajo en igualdad, dignidad, libertad y seguridad en el Día de la Mujer
La Iglesia en Sevilla, a través de la Delegación Diocesana de Pastoral Obrera, unida a otras entidades preocupadas por el mundo laboral, se suma a la celebración del Día de la Mujer este 8 de marzo.
Lo hace con la publicación de un manifiesto elaborado por la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) en el que denuncian “la situación de desigualdad que continúan sufriendo las mujeres” y donde aseguran que reducir la brecha de género “es uno de los grandes retos de nuestra sociedad”.
En este sentido, las organizaciones que forman parte de esta iniciativa subrayan que “el 8 de marzo es un recordatorio constante de la lucha incansable de las mujeres por la igualdad, la justicia y el reconocimiento en todos los ámbitos”. Entre los muchos aspectos pendientes para poder garantizar esa igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, ITD destaca el de los cuidados.
En esta línea, el primer punto de su manifiesto, hecho público el pasado 29 de febrero, alude a “los cuidados como pilar invisible”. Al respecto, señala que “este papel tradicionalmente ha recaído en las mujeres y sigue sin valorarse ni reconocerse. Creemos que es imperativo que reflexionemos sobre la necesidad de reconocer y redistribuir equitativamente la carga de los cuidados”, al tiempo que reclama “políticas que respalden la conciliación laboral y medidas que fomenten la igualdad en el hogar y en el trabajo”.
En segundo lugar, apuntan que “cuando las mujeres tienen igualdad de acceso y oportunidades en el ámbito laboral, no solo las beneficia a ellas individualmente, sino que también contribuye al bienestar general de la sociedad. Los estudios demuestran que la diversidad en las empresas y organizaciones es ética y además económicamente rentable, ya que tienden a ser más innovadoras y resilientes”. Por tanto, exigen “invertir en la igualdad como acto de justicia social y estrategia inteligente para promover el bien común. La brecha salarial sigue siendo un claro exponente de desigualdad, situándose en el 18,7 %”.
Por otra parte, resaltan la importancia de la educación para erradicar la brecha de género. Por ello, piden que “se fomenten las capacidades de cada persona, el acceso igualitario a una educación de calidad, desde la educación primaria hasta la formación profesional y universitaria, sin importar el género, como paso crítico para romper los ciclos de pobreza y desigualdad”.
Finalmente, se refieren al papel de la mujer en la Iglesia, animando a que las mujeres puedan “tener voz y voto en las estructuras de la Iglesia e incrementar la participación en la toma de decisiones”.
El comunicado concluye defendiendo que “para lograr avances significativos, es esencial que los gobiernos, las empresas y la sociedad colaboren en la implementación de políticas y prácticas que promuevan la igualdad. Solo entonces podremos alcanzar un futuro donde cada mujer, sin importar su origen o circunstancias, tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente y contribuir al bien común”.
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formada por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente “hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad”.