La Pastoral Familiar celebró el encuentro anual con personas del proyecto «Un amor que no termina»
La Parroquia San Juan Pablo II, de Montequinto, acogió el pasado sábado 23 de noviembre, el encuentro anual del proyecto Un amor que no termina, de la Delegación diocesana de Familia y Vida dirigido a personas separadas y divorciadas no vueltas a casar ni convivientes.
La jornada consistió en momentos de formación, puesta en común, comida compartida y Santa Misa celebrada por el sacerdote Mario Ramos, director espiritual del proyecto Un amor que no termina. Al inicio de la jornada intervino el delegado diocesano de Familia y Vida, Rafael Muñoz que junto con el párroco de San Juan Pablo II, Adrián Ríos y los exdelegados diocesanos de esta pastoral, Juan Manuel Granados y Mª Dolores Sánchez-Campa dieron la bienvenida a las participantes.
En el retiro participaron como ponentes los psicólogos del Centro de Orientación Familiar, de Dos Hermanas, Manuel Pina, Mario González y Montse Clares.
Adoración eucarística
Desde la Delegación Diocesana de Familia y Vida recuerdan que todos los primeros sábados de mes, la Parroquia San Juan Pablo II acoge una adoración eucarística para orar por las dificultades en el matrimonio y en la vida familiar. Para más información escribir al correo p.familiar@archisevilla.org o contactar a través del teléfono 670 602 357
Sobre el proyecto Un amor que no termina
La Pastoral Familiar de la Archidiócesis de Sevilla, ante la detección de cada vez más demandas de divorcio y separaciones entre los matrimonios, puso en marcha hace un par de años un proyecto dirigido a acompañar a personas separadas y divorciadas no vueltas a casar ni convivientes, denominado ‘Un amor que no termina’.
Según explican fuentes de la Delegación diocesana de Familia y Vida, “la atención pastoral de las personas separadas no casadas de nuevo, así como los divorciados civilmente y no casados de nuevo, es originada por situaciones de dificultad matrimonial que presentan elementos concretos y por consiguiente deben tener un tratamiento específico”.
De esta forma, con esta propuesta pastoral se pretende que puedan experimentar la mano cercana de la Iglesia, y ofrecer cauces para que “descubran que Dios no les ha olvidado, sino que se hace especialmente presente en su situación, invitándolos a transformar esta nueva etapa en un motivo de crecimiento en su camino de santidad”.