Una felicitación navideña desde Tierra Santa
Reconocimiento al franciscano español, Artemio Vítores
El religioso franciscano Artemio Vítores felicita la Navidad desde Jerusalén acercándonos la tierra donde nació Jesús y contando el reconocimiento que ha recibido, por su labor en Tierra Santa.
“Queridos amigos de las Obras Misionales Pontificias: ¡El Señor os dé Su Paz! Es Navidad. La alegría renace en nuestros corazones, porque Hoy nace el Hijo de Dios. Aquí, en la Noche Santa, los ángeles anuncian alborozados a los pastores que ha llegado la salvación para todos. En Belén encontramos ‘un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre’ (Lc 2,11-12), celebramos ‘la fiesta de las fiestas’ y, arrodillados junto a María y José, suplicamos al Niño Dios que siga viviendo en nuestras vidas.
Dios – decía San Francisco -, ‘hecho niño pequeñuelo’, que ‘se crió a los pechos de madre humana’, es el Hijo de María que contemplamos en la Gruta de Belén: ‘Aquí, de la Virgen María, nació Jesús’. Lo ‘hemos visto con nuestros ojos’, ‘lo hemos tocado con nuestras manos’. ‘Y… os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo’ (1Jn 1,1-4).
Es un Niño pobre, y, en ‘la pequeña ciudad de Belén’, vivió con María y José rodeado de incomodidad, pues ‘no había sitio para ellos en la posada’ (Lc 2,7). A Él, que ‘siendo rico, se hizo pobre por nosotros’ (2Cor 8,9), le pedimos que nos enseñe a reconocerlo en los más pobres de este mundo y que nuestro afecto hacia Él se transforme en pan para los hambrientos, en compasión y en ayuda para los necesitados. Le suplicamos por todos los niños de este mundo, en especial por ‘los niños inocentes de Belén y de sus alrededores’. Al ver la sonrisa de este Niño comprendemos mejor que nunca las palabras de Jesús: ‘El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe’ (Lc 9,48). Pedimos que conceda la paz que anunciaron los ángeles de Belén a este mundo donde reina la violencia y el odio. Y que seamos todos artífices de la reconciliación.
Navidad es un día de fiesta, de felicidad, de alegría ‘porque un Niño nos ha nacido’ (Is 9,5). Aunque la vida sea difícil y nuestro corazón a veces llore, no hay espacio para la tristeza, decía San León Magno, en el día en que nace la Vida. No guardes sólo para ti la gracia que has recibido. ¡Comunica a los demás tu encuentro con el Niño Dios en Navidad y sé testigo de su amor! El Niño Jesús quedará grabado ‘en los corazones enamorados’.
Estoy bien. La situación sigue sin aclararse del todo. Hay peregrinos, pero no muchos, especialmente de España y de Italia. Podéis ver el atestado en el que Felipe VI, Rey de España, me ha concedido ‘La Encomienda de la Orden de Isabel la Católica’. Es una manifestación de mi amor a Tierra Santa y de la difusión que he hecho siempre de la preocupación de España hacia la Tierra del Señor. El consulado estaba lleno de amigos y de gente que me conoce y aprecia.
Os tengo presentes, al igual que a vuestros seres queridos, en el Portal de Belén. Os deseo: ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2015!”
OMPRESS-JERUSALÉN (22-12-14)
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