Archidiócesis de Sevilla

Por si no te suena este nombre te diré que hace un par de semanas su nombre, su persona, salto en la prensa, en la televisión, en la radio, en todos lo medios. Caddy Adzuba recibió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

Caddy es una mujer de 33 años, congoleña, periodista. Recibió el premio por su reconocida labor en  favor “de la libertad de prensa, la rescontrucción de la paz y los derechos humanos, especialemene de la infancia y de las mujeres en zonas de conflictos”. Ahora es el premio pero esto le ha hecho vivir bajo amenazas de muerte en la Republica Democrática del Congo, RDC. Un país que sufre muchos conflictos y violencia.

La RDC es un país rico por su subsuelo, sus mimas son muy necesaria para la tecnología actual, pero es un país empobrecido. Expoliado por las grandes multinacionales.

Caddy  expresó en su discurso  que el premio le daba la oportunidad de difundir con más fuerza sus mensajes de sensibilización, que sentía que era como un altavoz para la defensa de las causa de las mujeres violadas en el mundo, y con el deseo que occidente tome conciencia de estas situaciones. Su lucha fue pacífica y constante, especialmente en tempos de guerras.

Gracias, Caddy, por tu labor. Todas las mujeres, no solo de África, te debemos mucho. Has luchado por la mujer que es también dignificar a la familia, a la sociedad. Mujer y madre, fuerza y  esperanza de la sociedad.

He querido escribir sobre Caddy por todo lo dicho y también porque para mí el Congo es algo muy querido y cercano. Mi Instituto tiene varias comunidades allí, trabajando en la promoción de la mujer desde la enseñanza y en centro nutricionales. Por lo que lucha Caddy, de una u otra forma, luchan los misioneros/as.

¡Enhorabuena Caddy! Y sigue luchando por una causa tan digna y tan justa.