La parroquia sevillana de San Sebastián peregrina a Santiago
54 peregrinos de la parroquia de San Sebastián de Sevilla han caminado hasta Santiago de Compostela entre el 2 y el 8 de agosto para venerar las reliquias del apóstol que, según la tradición, evangelizó Hispania. El grupo estaba formado fundamentalmente por familias de la parroquia, padres e hijos (el benjamín tenía nueve años), y también amigos, ya que se trataba de una propuesta de la Pastoral Familiar. Estuvieron acompañados por el párroco Isacio Siguero y por el neopresbítero Manuel Jiménez.
La peregrinación partió en autobús el domingo 2 de agosto desde la parroquia de San Sebastián, donde tuvo lugar la misa de envío. En la noche de ese día se llegó a Tuy (provincia de Pontevedra), donde se inicia la recta final del Camino de Santiago portugués. El trayecto se dividió en cinco etapas, que tenían como puntos de llegada Redondela, Pontevedra, Caldas de Reyes, Padrón y Santiago. Aunque se contó con un autobús de apoyo, todos los peregrinos cumplieron con éxito las etapas.
Según destaca Manuel Jiménez, lo fundamental no fue el esfuerzo físico “sino el encuentro con Dios, que estuvo muy presente a través de muchos medios: la naturaleza, el apoyo de los hermanos, las Eucaristías diarias, el sacramento de la confesión, el descubrimiento de la propia debilidad…” El lema de esta iniciativa parroquial fue ‘Peregrino, que cada paso adelante que des te acerque más a Dios’.
La llegada del grupo unido a la plaza del Obradoiro fue un momento que todos los peregrinos han destacado por su emoción, al igual que la Misa del peregrino en la Catedral de Santiago la tarde del viernes 7. Una Eucaristía en la que, siguiendo la tradición compostelana, asistieron al ritual del botafumeiro. El regreso a Sevilla tuvo lugar el sábado 8 de agosto.
Jiménez subraya los frutos positivos que esta peregrinación ha generado para la Pastoral Familiar parroquial, “ya que ha servido para que varias familias compartan juntas no solo una actividad de verano, sino también una importante experiencia de fe”.