Colegiata de Santa María de Osuna
En 1535 recibió el IV Conde de Ureña, D. Juan Téllez Girón, la bula pontificia que concedía permiso para construir esta Colegiata de Osuna. La obra se terminó en 1540, aunque en el siglo siguiente se fueron acabando algunos detalles. Es una de las iglesias más grandiosas de la archidiócesis de Sevilla.
Dejando aparte las bellas portadas de su exterior, el interior consta de tres naves, la central más ancha que las laterales; están cubiertas con bóvedas vaídas, y el crucero con una gran cúpula sobre pechinas. Los pilares tienen columnas adosadas. Todo el conjunto da la impresión de una enorme luminosidad y amplitud, que convierten a esta Colegiata en una de las más llamativas del conjunto de grandes iglesias que hay en esta diócesis.
Sobre un presbiterio bastante elevado, se encuentra el gran retablo barroco, construido en 1764 por el maestro Juan Guerra, y con la imagen de la Asunción de la Virgen y de distintos santos, tallados por el escultor Juan Bautista Finache. Los dos púlpitos tienen un especial interés artístico: fueron tallados en mármol por el cantero Miguel Rejano en el siglo XVIII.
Son numerosas las capillas que se abren a las naves laterales de la iglesia. Es imposible describir detalladamente la enorme cantidad de obras de alta calidad artística que se conservan en estas capillas. Destacan entre ellas una escultura de Cristo Crucificado, ejecutada por Juan de Mesa en 1623, y una serie de cuadros de José de Ribera, quizás la colección más completa de este artista junto con las obras suyas que se exponen en el museo.
El Panteón Ducal, junto con la Colegiata, es una joya arquitectónica del siglo XVI en la diócesis sevillana. Se encuentra adosado a la Colegiata, y presenta tres núcleos principales: el patio del Santo Sepulcro, la capilla y el panteón. Todo en este conjunto es interesante: el diseño arquitectónico, las yeserías que lo decoran, las obras de arte que lo exornan…
Estamos ciertamente ante una de las obras más importantes del patrimonio de la diócesis sevillana, en la que resplandece la altura a que llegó la creación artística de la Iglesia en los siglos XVI, XVII y XVIII.
Fernando Gª Gutiérrez, S.J.
Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural
2 comentarios
«… y una serie de cuadros de Juan de Ribera, …». El pintor de los mencionados grandes cuadros es JOSÉ de Ribera y no Juan.
Quizá debería corregirse el error para no confundir a los lectores.
Gracias por su aclaración. Un saludo.