HOMILÍA DEL CARDENAL AMIGO
San Leandro, arzobispo de Sevilla, y del Papa, tenía que presidir el tercer concilio de Toledo (589). En la memorable homilía de clausura, el prelado hispalense quiso poner de relieve la santidad de la Iglesia: «Regocíjate y alégrate, Iglesia de Dios. Gózate y ponte en pie, cuerpo único de Cristo; vístete de fortaleza y salta de júbilo…»