Vida Consagrada en Sevilla
Seguimos en el Año de la Vida Consagrada y será bueno recordar quiénes somos y qué hacemos en nuestra Iglesia de Sevilla los consagrados y las consagradas, donde contamos con una numerosa presencia. Desde distintos opciones de vida: la clausura, la vida apostólica, los institutos seculares… vivimos nuestra consagración al Señor y a nuestros hermanos en la Iglesia.
Las monjas de clausura, son un ejemplo admirable de una vida entregada a la oración por nosotros. Mantienen encendida la luz de la fe en su silenciosa labor callada y humilde. Hay más de quinientas monjas en las treinta y siete comunidades.
La vida apostólica, quizás sea la que más conozcamos, ya que somos muchos, y nuestra presencia llega a muchas realidades y necesidades de la sociedad. No podemos contar la diversidad de proyecto que se llevan adelante: comedores sociales, centro de acogida para ancianos, centros de toxicómanos, inmigrantes, presos, hospitales… allí donde hay exclusión hay presencia religiosa. Hoy con la gran ayuda del laicado que cada día se van formando en el carisma propio de la institución con la que participa.
Mención especial la presencia en el campo de la educación, sabemos que son miles los alumnos que reciben estudio y formación.
Somos en la diócesis más de mil trescientas religiosas y cerca de doscientos cincuenta religiosos. Muchos de ellos llevan parroquias.
Las comunidades de Vida Apostólica, los Institutos seculares y el Ordo Virginum y otras formas de vida consagrada suman también un buen número, cerca de cien.
Me encantaría que pudiésemos conocer y descubrir la riqueza y diversidad que vive la Vida Consagrada, una vida que intenta transparentar la alegría y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Jesús con los hermanos.
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