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Cuidar la dimensión social de la Evangelización en la Pastoral de la Salud

La situación de crisis sanitaria en la que estamos inmersos a causa de la pandemia provocada por el corona-virus, que irrumpió en nuestras vidas en el primer trimestre del presente año, nos ha obligado a cambiar radicalmente nuestros hábitos y comportamientos, influyendo notablemente en nuestras acciones pastorales.

El campo de la pastoral de la salud es extremadamente sensible a esta influencia negativa de la realidad que nos toca vivir, mientras estemos en situación de crisis sanitaria. Es imposible realizar cualquier tipo de voluntariado en un hospital, no se pueden visitar a enfermos en su domicilio con el riesgo perjudicial que puede suponer si el visitador/a es portador asintomático de este tipo de corona-virus. Muchos menos se puede hacer actividad alguna en Residencias para la Tercera Edad, teniendo las visitas muy restringidas al mínimo de familiares por residente. Tampoco se pueden programar encuentros ya que las concentraciones de personas han de ser en número reducido y más cuando se trata de personas con edades de mayor vulnerabilidad, como son una amplia mayoría de agentes de pastoral de la salud.

Desde el Departamento de Pastoral de la Salud entendemos que en este curso será difícil organizar cualquier actividad pastoral. Habrá que dejar tiempo para ver cómo se desarrollan los acontecimientos conforme avanza el curso para poder proponer algún encuentro.

La labor de los agentes de pastoral de salud habrá de desarrollarse a través de contacto telefónico con los enfermos de la parroquia que eran visitados y acompañados antes de la irrupción de la pandemia, o de aquellos que se vaya teniendo conocimiento. Si tienen posibilidad de video-llamada mucho mejor.

Es muy recomendable intensificar la oración personal y comunitaria por los enfermos y por el personal sanitario. Siempre que la liturgia lo permita sería bueno celebrar, al menos mensualmente, misa por los enfermos con el Prefacio Común VIII.

En este tiempo, puede ser una buena labor del grupo de pastoral de la salud, en cada parroquia, supervisar que se cumplen las medidas higiénico-sanitarias prescritas por las autoridades sanitarias. Así como mantener la conciencia de la necesidad de cumplir los protocolos establecidos para el control de la pandemia.