Obras de Misericordia: Dar posada al necesitado
En el Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla hay una escena en que se describe la acogida que los discípulos de Emaús dieron a Cristo: no sabían todavía quién era el que los había acompañado en el camino, y al llegar a su casa le invitaron a quedarse con ellos porque ya era tarde. La escena del retablo representa el momento en el que lo reconocieron al partir el pan (Lc.24,13-35).
Jorge Fernández (act.1505-1526) es el que realizó esta escena en el 4º cuerpo y la 6ª calle del retablo. Las dos figuras de los discípulos son vehículos del sentimiento que inunda a la escena. Jesús, entre ellos, rebosa de un bello naturalismo… Es patente la recreación del artista en deliciosos detalles, como pueden ser el perro que juguetea con el pie de uno de los discípulos, los nudos de los picos del mantel o los diversos alimentos dispuestos sobre la mesa. Es, en definitiva, una de las escenas con más calidad dentro de todo el Retablo (Mª Fernanda Morón de Castro).
Cristo preside la mesa, con el sombrero de peregrino, mientras parte el pan con su gesto tan característico: Lo reconocieron al partir el pan. Es sugerente el contraste entre las actitudes de los dos discípulos ante la acción eucarística de Jesús: uno con un gesto de asombro, y otro en actitud de oración.
Sobre toda la escena está patente el ambiente de acogida al peregrino: parece que se percibe entre las figuras el acercamiento de Cristo y el cambio del corazón de los discípulos que se sienten cambiados por la presencia en su casa de aquel peregrino.
Esta escena, como todas las del Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla, es una lección permanente de la Historia de la Salvación a los espectadores que se acercan a él.
Fernando Gª Gutiérrez, S.J.
Delegado Diocesano de Patrimonio Cultural
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