La responsabilidad de los católicos en la vida pública
El 14 de junio se celebró en el Arzobispado, bajo la presidencia del Reverendo Sr. Arzobispo de Sevilla, D, Juan José Asenjo Pelegrina, el Encuentro de Pensamiento Cristiano, con el título en esta convocatoria, segunda de 2016, de «La responsabilidad de los católicos en la vida pública, nuevas perspectivas«, organizada por la Asamblea de Laicos con la dirección y coordinación de D. Enrique Belloso. Nuestro Arzobispo había escrito una Carta Pastoral el domingo anterior denominada «Católicos sin complejos en la vida pública«. En ella nos recordaba como los laicos, especialmente a partir del Concilio Vaticano II especialmente, pero también a lo largo del siglo XX han ido tomando conciencia del papel que les corresponde en la vida de la Iglesia.
También nos prevenía Don Juan José del deslizamiento hacia la privatización de la religiosidad que conduce a una religiosidad medrosa y vergonzante. Por ello nos llama a un catolicismo militante y activo, con una implantación evangelizadora en la vida pública. Las palabras del Arzobispo de Sevilla tratan de alentar, como él mismo expresa, a los laicos de Sevilla a anunciar a Jesucristo con la palabra explícita y el testimonio atractivo. Nunca, posiblemente, creo fue más necesario en nuestra sociedad el mensaje evangélico en su sentido original ante un mundo con contingencias e incertidumbres y peligrosos relativismos, donde la persona y los seres vivos pierden su sentido y su trascendencia como parte de la Creación, ante finanzas, mercados e intereses mezquinos.
En la reunión aludida actuó como ponente D. Francisco José Fernández Romero, que hizo un llamamiento a la reflexión activa y la acción eficiente. Defendió en su disertación la necesidad de generación de nuevos procesos de convivencia que aporten valor a la sociedad, conjugando el yo y el nosotros, con acciones individuales y acciones colectivas. En definitiva, utilizando un concepto ecológico, plantearnos una perspectiva mutualista adaptándonos a la sociedad en que vivimos.
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