Archidiócesis de Sevilla

La caridad es, junto a la Palabra, los sacramentos y la koinonia –o comunión-, uno de los ejes sobre los que gira el día a día de una parroquia. Una caridad que tiene alma y rostro, y que es posible gracias a la implicación de miles de fieles que, en palabras de Carlos González, nuevo delegado episcopal de Cáritas Diocesana, “siguen a Jesús con gozo y con radicalidad, deseando reconocerle en los más pobres y dispuestos a ponerse a su servicio”.

El pasado domingo estuvo reservado en todos los calendarios parroquiales como una de las jornadas más relevantes de la programación de Cáritas. Los 2.648 voluntarios de esta institución eclesial fueron presentados en sus respectivas parroquias durante las misas dominicales. Algo más que un gesto, un signo, con el que se quiere hacer partícipe a toda la comunidad parroquial de la importante labor que se desempeña a favor de los más necesitados. Se trata de poner rostro a las personas que salen al paso de la llamada muchas veces urgente de quienes sólo encuentran una mano tendida en el seno de la Iglesia.

Datos de Cáritas en parroquias y centros propios

Los datos hablan por sí solos. En el último ejercicio computado, esos voluntarios, integrados en las 242 Cáritas parroquiales y en 96 centros propios (entre ellos Nazaret, Centro Amigo o el Centro de Integración y Empleo) atendieron a 18.068 familias o, lo que es lo mismo, 63.187 personas. El número de intervenciones realizadas en las diversas áreas de acción de Cáritas ascendió a 135.694, la mayoría de ellas respuestas a las demandas de alimentos, ropa y, en menor medida, ayuda a la vivienda y actuaciones relacionadas con la salud. Son cifras que presentan una iglesia de puertas abiertas, con un corazón sensible a las problemáticas que asolan a un porcentaje preocupante de la población sevillana. Y todo ello con una premisa clara: la ayuda a la persona en su debilidad, independientemente de su raza, nacionalidad, sexo o religión.

2.648 voluntarios de Cáritas serán presentados en sus respectivas parroquias

El acto de envío de los voluntarios de Cáritas servirá para hacer partícipe de esta vertiente de la vida de la parroquia a toda la comunidad. Los ‘agentes de caridad’ son personas a las que les une una misma fe y que, subraya Carlos González, “no buscan agradecimiento”, ya que entregan su vida voluntariamente “amando a aquellos que más nos necesitan”. “En las periferias existenciales los voluntarios son el testimonio elocuente de la cercanía de Dios a los más pobres”, añade. El lema de esta jornada de envío es ‘A por todas, es posible’, un mensaje con el que, según se destaca desde Cáritas Diocesana, se quiere animar al voluntario a “seguir luchando, juntos, en comunidad, siendo un solo cuerpo, siendo Iglesia, para poder transformar el mundo, la sociedad que nos rodea, siendo testigos de Cristo”.

Necesidad de formación

Los voluntario se enfrentan a diario con realidades muchas veces dolorosas, situaciones complejas que precisan una atención cada vez más especializada, más acorde con una pobreza que, según el último informe de Cáritas, se ha “cronificado” en sectores muy desfavorecidos de nuestra sociedad. Consecuentemente, desde la central diocesana se facilita a los voluntarios una formación permanente, con seminarios y sesiones formativas que se celebran en colegios e instituciones eclesiales de Sevilla. La cita más importante de este programa formativo es la Escuela de Otoño, una cita que reúne a unos 400 voluntarios y que tiene como objetivo ofrecer un espacio en el que poder reflexionar, formarse y celebrar de forma compartida su experiencia en Cáritas.

La caridad en cifras