«Testigos de la esperanza y la alegría»
Este próximo domingo, día 5 de Febrero, celebramos en Sevilla la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, Jornada que desde el año 1997 se celebra por iniciativa de san Juan Pablo II en la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo. Un día para mirar «a la vida consagrada y a cada uno de sus miembros como un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad». (Mons. Vicente Jiménez Zamora).
El lema de este año es «Testigos de la esperanza y la alegría». Precioso lema y lleno de contenido. Tan necesario en nuestra sociedad de hoy.
¿Cómo testimoniar esperanza y alegría? La esperanza y la alegría son dos palabras, dos deseos a vivir, que como eje transversal, atraviesan los mensajes del papa Francisco a toda la Iglesia. Este año nos lo propone a la vida consagrada como lema a vivir. ¡Ojalá se haga realidad ser testigo de esperanza y alegría! Vívida y expresada.
Vivir esa esperanza que no defrauda, porque se sabe en quién se ha puesto la confianza, y por eso llama a ir, sin miedo, «a las fronteras, a los extrarradios del mundo, a los descampados existenciales…».
«Donde hay religiosos hay alegría». El Papa Francisco lo repite, con frecuencia, en muchas ocasiones. Lo recordamos que con motivo del año de la Vida Consagrada fue algo entrañable, precioso, de su mensaje. Es la alegría que brota de la entrega total al servicio de la Iglesia, las familias, los jóvenes, los ancianos, los pobres… También el Papa ha dicho que «el carnet de identidad de un cristiano es la alegría».
Sí, la esperanza y la alegría caminan juntas. No se da la una sin la otra porque la esperanza nos hace vivir alegres en medio de tanta dificultades que la vida nos va presentando. Y en esos momentos difíciles rezar con el salmo: «Devuélveme la alegría de tu salvación».
Le pedimos a la Santísima Virgen María, que es «Madre de nuestra esperanza y causa de nuestra alegría», que nos enseñe a vivir con una esperanza alegre el seguimiento fiel a nuestro Señor Jesucristo y a la misión encomendada.
3 comentarios
El mundo sería otro si todos los cristiano pudieramos testimoniar alegria y Esperanza. Gracias
Recuerdo unas palabras de Ch. Peguy, que dice cosas bellísimas sobre la esperanza…: «La virtud que más me gusta, dice Dios es la esperanza…» y la va describiendo con palabras poéticas y profundas en su caminar junto a las otras virtudes…
Ojalá, nosotros, testigos de la esperanza, supiésemos dar siempre con alegría ese testimonio de la vida divina ante la vida humana.
La esperanza y la alegría debe ser un signo de identidad en las personas, pero de forma especial en los cristianos. Un abrazo