Presentación de la Campaña 58 de Manos Unidas en Sevilla
Esta mañana se ha presentado en el Arzobispado de Sevilla la 58 campaña de Manos Unidas. El presidente de la delegación en Sevilla, Joaquín Sainz de la Maza, ha sido el encargado de dar a conocer la labor de esta oenegé católica después de casi seis décadas de trabajo.
Todo comenzó en 1955, cuando la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) publicó un manifiesto bajo el título ‘Declaramos la guerra al Hambre’. Posteriormente, en los sesenta, nacería Manos Unidas, que cuenta desde entonces con una delegación en Sevilla, con sede en el Arzobispado. A los ocho colaboradores permanentes que actualmente coordinan esta delegación, hay que sumar los 92 responsables parroquiales que, distribuidos por toda la Archidiócesis, cuentan con la ayuda de aproximadamente 150 voluntarios. Además de los casi 3.400 socios cuyas donaciones hacen posible llevar adelante numerosos proyectos en países en desarrollo.
Nada de lo que lleva haciendo Manos Unidas desde 1955 sería posible sin sus voluntarios. “La labor de los responsables parroquiales es esencial -ha señalado Sainz de la Maza, presidente de Manos Unidas Sevilla-. Trabajan en dos líneas: la educación y sensibilización en sus parroquias, colegios o institutos; y la recaudación de fondos para los proyectos llevados a cabo desde la delegación”. Por tanto, su implicación va mucho más allá de la colecta del segundo domingo de febrero o su participación en las mesas petitorias del viernes anterior (Día del Ayuno Voluntario).
La iniciativa no conoce límites, y estos voluntarios hacen “de todo” con tal de aportar un granito de arena a tan noble causa. Cenas benéficas, mercadillos, conciertos… Cada año se llevan a cabo multitud de actividades para conseguir un dinero que, posteriormente, se destinará a ayudas al desarrollo en países de África, Asia y el centro y sur de América.
17 proyectos, miles historias
Actualmente la delegación sevillana de Manos Unidas está desarrollando 17 proyectos en diversos ámbitos: agrícola, sanitario, educativo y promoción de la mujer. Para poder sufragar todos estos proyectos, Manos Unidas de Sevilla necesita recaudar casi 900.000 euros, un
a cifra nada desdeñable en comparación con otras diócesis, pero ligeramente inferior a los 1.140.000 euros que se recaudaron en la campaña de 2016.
En la Archidiócesis de Sevilla, esta cifra se consigue a través de colegios (90.000 euros), parroquias (375.000 euros), otros templos (40.000 euros) y socios (368.000 euros).
“Hay que dejar claro que Manos Unidas destina desde España en torno a 45 millones de euros anuales a la ayuda al desarrollo, de los cuales el 86% proviene de fondos privados, es decir, de nuestros socios”, ha explicado Sainz de la Maza. Además, ha apuntado que las cuentas están auditadas y cumplen todas las leyes de transparencia. En consecuencia, “todas las transacciones son directas, esto es, que no hay injerencia gubernamental, lo que en muchas ocasiones supone una garantía de que el dinero llega donde verdaderamente hace falta”.
Campaña 2017 en la Archidiócesis de Sevilla
Bajo el lema ‘El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida’, la campaña de este año denuncia que un tercio de los alimentos acaban en la basura, “mientras 800 millones de personas sigue pasando hambre en el mundo”. Por este motivo, desde Manos Unidas se han propuesto tres compromisos: la denuncia de la especulación con el precio de los alimentos; la promoción de un consumo responsable y sostenible; y el aprovechamiento riguroso de los alimentos, evitando así su pérdida o desperdicio.
Igualmente, está previsto que durante la colecta parroquial del 12 de febrero se realice una monición justificativa que invite a colaborar con la campaña y se lea un manifiesto publicado por la oenegé católica.
“Desde Manos Unidas agradecemos los donativos de los feligreses –ha asegurado el presidente- y les pedimos un mayor compromiso, como reza el lema de este año, para acabar con el desperdicio de alimentos”.
