Las hermandades sevillanas se suman a la campaña de donación de órganos
La elección de la marcha ‘Esperanza de vida’, obra de Manuel Marvizón, por el pregonero de la Semana Santa, Alberto García Reyes, como preludio de su disertación en el teatro Maestranza el pasado domingo ha evidenciado la labor de sensibilización que se viene haciendo desde hace varios años a favor de las donaciones de órganos entre las hermandades de la Archidiócesis de Sevilla.
En la actualidad son treinta y dos las hermandades que se han sumado a la campaña de colocación de un cirio con alguna inscripción alusiva a la necesidad de donar órganos (‘Lágrimas de vida’, ‘Esperanza de vida’…). A estas se unen las corporaciones de veintidós localidades de la provincia, entre ellas Los Palacios, Marchena, Puebla de Cazalla, San Juan de Aznalfarache o Guadalcanal.
La corriente solidaria llega a la música cofradiera
Pero la respuesta del mundo cofrade sevillano no se ha quedado ahí. A las hermandades se ha sumado la música cofradiera. Concretamente, doce bandas de cornetas y tambores y diez agrupaciones musicales lucirán esta Semana Santa el lazo de los donantes en sus banderines, con la inscripción ‘Hazte donante-Dona Vida’.
Y la marcha de Marvizón estrenada en el pregón de Semana Santa no es tampoco la única dedicada a esta causa. Hasta cinco piezas se han compuesto en los últimos años con este motivo: ‘Lágrimas de vida’, de Benjamín Monje; ‘Lázaro’ y ‘Ángeles de vida’, de Raúl Martín; y ‘Lux Aeterna’, obra de Francisco Javier Torres, son las composiciones que, junto a la obra de Marvizón, completan este elenco. Dos de estas marchas –‘Lágrimas de vida’ y ‘Ángeles de vida’- están dedicadas a José Andrés, hijo de Susana Herrera, periodista del programa ‘Testigos Hoy’ de Canal Sur Televisión.
Carta del Arzobispo de Sevilla
Por su parte, se trata de una iniciativa que cuenta con la adhesión del Arzobispo de Sevilla, que en numerosas ocasiones se ha manifestado a favor de la donación de órganos. Destaca la carta pastoral cuyo título -‘La donación de órganos, un gesto precioso de alto valor cristiano‘- habla por sí solo. En esta carta, monseñor Asenjo Pelegrina afirma que «la donación de órganos es una manifestación de humanidad. Para la Iglesia es un acto supremo de caridad y de amor auténtico. Todos, creyentes o no, como miembros de la familia humana, deberíamos plantearnos la posibilidad de donar nuestros órganos y, una vez tomada la decisión, comunicarla a nuestra familia para que en su día sea efectiva. En este campo -añade- los cristianos tenemos una especial obligación, que brota de nuestra común condición de hijos de Dios, auténtico manantial de nuestra fraternidad».
Durante toda la Cuaresma se han celebrado actos en las casas de hermandad de las corporaciones que se han sumado a esta corriente solidaria, en los que se han fundido los cirios de los donantes en los pasos de palio. En estos actos han intervenido representantes de las asociaciones de trasplantados, familiares de donantes y diversos colaboradores.