EL ARZOBISPO ACONSEJA EL REZO DEL ROSARIO
Coincidiendo con la festividad de Ntra. Sra. del Rosario, tan popular en muchos lugares de la Archidiócesis, el arzobispo de Sevilla mons. Asenjo Pelegrina, ha dedicado su carta pastoral de este fin de semana a resaltar a la devoción por el Santo Rosario tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI.
Refiriéndose a Juan Pablo II, “el Papa del Rosario” como lo define, destaca el gran amor que le tenía, “devoción predilecta” como él mismo confesaba. También afirma que menos conocida es la afinidad del Papa Benedicto XVI con esta práctica piadosa, que sin embargo las ha alabado y recomendado en docenas de ocasiones.
El arzobispo recuerda en primer lugar cómo Benedicto XV I destaca en la exhortación apostólica Verbum Domini “la relación inseparable entre la Palabra de Dios y María de Nazaret”, e invita a promover entre los fieles, sobre todo en la vida familiar, la oración a la Virgen como una ayuda para meditar los santos misterios narrados por la Escritura. En la audiencia general del 6 de octubre de 2010, animó a los fieles a “redescubrir” el rezo del Rosario y a “valorar esta oración tan querida en la tradición del pueblo”. Igualmente, el Santo Padre invitó a los jóvenes a “hacer del Rosario la oración de todos los días” y a los enfermos, “a crecer, gracias al rezo del Rosario, en el confiado abandono en las manos de Dios”. Exhortó, por fin, a los recién casados “a hacer del Rosario una contemplación constante de los misterios de Cristo”.
“No es una práctica relegada al pasado”
Son varias las referencias que mons. Juan José Asenjo hace al magisterio del Papa en esta materia. Destaca el mensaje con motivo de la inauguración del mes de María en la basílica de Santa María Mayor, cuando el Papa afirmó que “el santo Rosario no es una práctica relegada al pasado, como oración de otros tiempos en la que pensar con nostalgia… En el mundo actual tan disperso, esta oración ayuda a poner a Cristo en el centro, como hacía la Virgen”. Subraya también el mensaje del Papa según el cual el Rosario no se contrapone a la oración litúrgica. Concluye la carta animando a los fieles a recuperar la devoción al Rosario.
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