75 Aniversario de Villa Teresita: La mujer como “tierra sagrada”
Hablar con las religiosas de Villa Teresita supone un revulsivo para la fe. No sólo por la labor encomiable que realizan, sino por la alegría con la que comparten su testimonio. Naturalidad, sencillez y plena confianza en Dios son rasgos intrínsecos en esta comunidad de mujeres que dedican su vida a salvar la de otras, las más pobres, las “descartadas”.
Villa Teresita-Auxiliares del Buen Pastor está de aniversario. 75 son los años que esta congregación lleva presente en España, desde que Isabel Garbayo fundara la primera casa en Pamplona. Desde entonces cientos han sido las mujeres atendidas por la congregación que se dedica, especialmente, a la acogida, apoyo y acompañamiento de víctimas de la prostitución, trata o en situación de exclusión social.
Según los últimos informes, se estima que el número de prostitutas en España asciende a 100.000, de las cuales sólo un 20 % son españolas y en torno a un tercio son víctimas de la trata de personas, obligadas a desarrollar esta actividad contra su voluntad. Igual de alarmante es la cifra económica que mueve en nuestro país diariamente: 10 millones de euros. Una lacra ante la que la Iglesia no se queda con los brazos cruzados.
Distintos rostros, mismo drama
“El perfil de las mujeres atendidas ha cambiado mucho”, asegura Inmaculada Soler, responsable general de la congregación. “Primero, en los cincuenta, atendíamos a mujeres empobrecidas que habían emigrado del campo a la ciudad en busca de una vida mejor; posteriormente, fueron muchas las madres solteras que acudían a nuestras casas; en la década de los ochenta, fue el boom de las toxicómanas y enfermas de sida; pero desde finales del siglo pasado vemos un importante incremento de mujeres inmigrantes que viven el drama del tráfico de seres humanos con fines de explotación”.
Sin embargo, aunque el perfil haya cambiado, el carisma de Villa Teresita sigue siendo el mismo: “recibir a las mujeres como un tesoro”, apunta Conchi Jiménez, consejera de la congregación. “Nosotras intentamos ayudarlas como si de una familia se tratase, ofreciéndoles una atención integral –sanitaria, educativa, psicológica, laboral, jurídica, social… – pero sabiendo que lo afectivo es siempre lo más efectivo”. Por eso, los vínculos creados con las mujeres van más allá del puro asistencialismo, “se trata de relaciones de amistad que perduran a lo largo de los años”. Al respecto, hay que tener en cuenta que cuando una mujer entra en las casas de Villa Teresita no tiene fecha de salida, es decir, “acompañamos en procesos personales que pueden durar años, que tiene altibajos, idas y venidas…”.
La propuesta de Dios
En todo este camino está siempre presente Dios. A veces de forma velada, implícita. Otras, de manera tan llamativa que se reafirma la necesidad de mantener vivo el legado de Isabel Garbayo. “Muchas de las mujeres que viven con nosotras son creyentes, especialmente las inmigrantes, pero también hemos compartido nuestro hogar con ateas o de otras confesiones, y nunca hemos tenido problemas porque el lenguaje del amor lo entiende todo el mundo”.
Como señala Soler, la vida comunitaria de las religiosas es también un testimonio natural para las acogidas. “Nosotras sólo proponemos, respetando siempre los ritmos de cada mujer” y al final muchas de ellas participan en la celebración de la fe y ofrecen su propio testimonio.
Con extrema sensibilidad, entusiasmo y ternura, Soler y Jiménez se refieren a las mujeres que acogen como “tierra sagrada” y agradecen la oportunidad que les brindan de “ser testigos privilegiados del Evangelio”. En esta línea, confiesan que son ellas las evangelizadas y “merece la pena con creces vivir así”.
Proyectos
Villa Teresita dispone de una red de casas de acogida y proyectos de atención integral que ofrecen a las mujeres alternativas a su situación de exclusión y vulneración de derechos humanos. Así, se distinguen distintos ámbitos de intervención:
- Trabajo de calle en zonas de prostitución
- Centros de atención socio-sanitaria
- Casas-hogar para mujeres en situación de exclusión y víctimas de explotación sexual.
- Apoyo personal e integral a cada mujer a lo largo de su proceso.
- Seguimiento a personas presas provenientes de contextos de prostitución.
- Acompañamiento a personas hospitalizadas provenientes de contextos de prostitución y/o víctimas de trata.
- Prevención, sensibilización y denuncia.
- Coordinación y trabajo en red con otras asociaciones que trabajan por los derechos humanos.