Homilía de mons. Asenjo en las ordenaciones diaconales: una invitación al amor por la Palabra de Dios y la confianza en la gracia del Señor
La Catedral de Sevilla ha acogido esta mañana la ordenación de ocho nuevos diáconos, siete diocesanos y uno de la Congregación de la Misión. La Eucaristía ha sido presidida por monseñor Asenjo, Arzobispo de Sevilla, que ha asegurado que en este día “El Señor bendice y enriquece a nuestra Archidiócesis y a la familia de los Padres Paules”.
Los nuevos diáconos son Antonio Salvago (31 años), Salvador Diánez (37 años), Álvaro Montilla (34 años), José Luis López (31 años), José Iván Martín (25 años) y Francisco José Fernández (36 años), todos ellos del Seminario Metropolitano; Ariel Figueroa (27 años), del Redemptoris Mater; y el religioso Paúl (Congregación de la Misión) Francisco Javier López (40 años). Ocho hombres de entre 25 y 40 años que están deseando llegar a ese “punto de partida” que es el sacerdocio.
En su homilía el Arzobispo ha recordado a san Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, “una de las figuras más grandes de su historia por su santidad eximia y sus grandes aportaciones a la espiritualidad cristiana, a la teología y al conocimiento y veneración de la Palabra de Dios”. Ha destacado dos dimensiones de su vida que considera puede edificar a los recién ordenados.
Por un lado, su conocimiento, amor y veneración por la Sagrada Escritura, “un aspecto importante del ministerio que hoy recibís es la proclamación del Evangelio en la celebración eucarística y su exposición al pueblo en la homilía”, les ha indicado, porque “sólo se ama aquello que bien se conoce. Sólo amaréis –ha continuado- de verdad a Jesús y os entusiasmaréis en su seguimiento e imitación, si os dejáis fascinar por su vida, si de verdad le conocéis a través de la lectura asidua del Evangelio”. Pero, advierte, que la Palabra de Dios debe hacerse en un clima de piedad, unción religiosa y oración, no como una curiosidad puramente intelectual. El Arzobispo ha añadido que “la lectura diaria del Evangelio os ayudará a encontrar el auténtico eje de vuestra vida que es el Señor, la única fuente de plenitud humana y de gozo espiritual”.
Por otra parte, monseñor Asenjo también ha instado a no caer en el pelagianismo, esto es, la corriente extendida en el siglo V por Pelagio que negaba la existencia del pecado original y la necesidad de la gracia. Al respecto, ha recordado a los diáconos que “san Jerónimo os alerta del peligro de caer en un cierto pelagianismo, sino teórico y doctrinal, sí al menos vivencial y práctico. Eso sucede cada vez que, en nuestros proyectos y propósitos de seguir al Señor y de ser fieles, lo fiamos todo al puro voluntarismo y al esfuerzo ascético, confiando sólo en nuestras propias fuerzas, descuidando la oración y la unión con Dios”.
El Arzobispo de Sevilla ha concluido invitando a confiar en la gracia de Dios y ha subrayado que los pilares de la vida de los nuevos diáconos deben ser “la sencillez y la humildad de quien se sabe necesitado de la fuerza y de la ayuda de Dios”.