MANUEL SÁNCHEZ HEREDIA, Delegado diocesano de Pastoral de la Salud

MANUEL SÁNCHEZ HEREDIA, Delegado diocesano de Pastoral de la Salud

 

Don Manuel, en los hospitales hay espacios para la oración y capellanes que los atienden  ¿A esto nos referimos cuando hablamos de Pastoral de la Salud?

Es más amplio. El arzobispo nos ha encomendado  la tarea de motivar, animar y coordinar toda la labor pastoral en el campo de la salud.  A nivel hospitalario, la coordinación y formación de los capellanes y personas idóneas que pudieran estar implicadas. A nivel parroquial, llevamos el fomento y acompañamiento de los agentes de pastoral de la salud, y a nivel de los profesionales sanitarios, les animamos a vivir la fe en el ejercicio de su noble profesión.

Entonces se trata de algo más…

También participamos en encuentros a todos los niveles de delegados de esta área pastoral. Otro ámbito es la participación y colaboración en cualquier campaña o jornada a favor de la salud que otra institución organice queriendo contar con la participación de la Iglesia.

¿Cómo llegáis a todo? ¿De cuántos miembros hablamos entre sacerdotes y laicos?

Dios hace las cuentas de otra manera que las hacemos los hombres; lo que importa más que el número de personas, son las actitudes y los servicios. Contamos con la generosidad y disponibilidad de los capellanes en activo en los hospitales, además de un  buen número de párrocos que se interesan por sus feligreses y los visitan cuando están ingresados.

Pero esta acción no se ciñe al ámbito hospitalario. Hábleme de los grupos parroquiales

Pastoral de la Salud es una de las acciones parroquiales con mayor número de voluntarios, y nos movemos en torno a dos mil en toda la Archidiócesis. Ellos visitan, acompañan y animan a los enfermos, y tendríamos que sumar a numerosos sacerdotes jubilados –esto último entre comillas- que participan activamente en esta hermosa tarea.

Recientemente se ha celebrado la Pascua del Enfermo en la Catedral ¿Respondió a lo previsto?

El sexto domingo de Pascua se celebra en casi todas las parroquias de la Archidiócesis la Pascua del Enfermo, en la que tienen una participación especial las personas enfermas a las que se les administra el sacramento de la santa unción. Con carácter diocesano, por expreso deseo del arzobispo, se celebra en la Catedral con una participación reducida pero encomiable. Este año nos acompañaron las Hermanas de la Compañía de la Cruz con algunas residentes, las Franciscanas de los Sagrados Corazones que vinieron desde su residencia en Palmete, y las Franciscanas del Pozo Santo, acompañadas de un buen número de residentes y cooperadores de la Hermandad del Sol. Además de algunos enfermos o mayores que han acudido por su cuenta. El acto en sí es importante, que se haga en la Catedral me refiero, como centro de la vida litúrgica, asumiendo que es muy difícil que las parroquias desplacen a sus enfermos hasta el centro y renuncien a hacer su propia celebración.

Esta semana también se ha celebrado el encuentro diocesano de Pastoral de la Salud.

Así es. Fue el pasado miércoles y, como dice, tuvo carácter diocesano. Teníamos la vista puesta en cumplir los objetivos del plan pastoral, que marcaba la conveniencia de hacer todos los encuentros este año a este nivel.

Una jornada con un lema bastante adecuado.

El obispo auxiliar ofreció una interesante charla sobre la labor de los agentes de esta pastoral enmarcada en el año de la fe. Y sí, de fondo estaba el lema de la jornada: ‘El buen samaritano, hacer bien en el sufrimiento y hacer el bien con el propio sufrimiento’.

¿Cómo vive el dolor la sociedad actual?, ¿y qué lugar ocupa Dios en estas situaciones?

Dios viene constantemente a nuestro encuentro, está llamando siempre a la puerta de nuestro corazón, esperando a que le abramos para poder entrar en nuestra vida. Ciertamente hay situaciones como el dolor y la enfermedad que quizás hagan al hombre más receptivo o más conscientes de esta presencia.

¿Y los jóvenes?

Pues también. La experiencia me ha demostrado que aunque muchos eluden la pregunta sobre Dios, en situaciones de sufrimiento y enfermedad muestran cierto interés.

¿Es mucho lo que se puede hacer con las personas que están pasando un trance tan difícil en sus vidas?

Sin duda. Hablo de sentarse junto a un enfermo a escuchar en silencio, invitar a una oración sencilla, sentida, dar la confianza de que Dios le ama en esa situación, a pesar de ella. Ayudar a descubrir a Cristo en la Cruz y a saber qué es el Resucitado, en algún momento ha sido para mí toda una experiencia, al ver luz y una sonrisa en la mirada del enfermo.

¿Cómo podemos arrimar el hombro en nuestra diócesis?

Contactando con el grupo de pastoral de la salud de la parroquia a la que se pertenece, o animando a su creación en el caso de que no lo hubiese. A nivel individual, saber que debemos hacernos prójimos del que está herido al borde del camino, aunque no lo conozcamos. En él Jesús nos espera, porque “estuve enfermo y me visitaste”. Una oración diaria por los enfermos, una visita a un conocido enfermo, una actitud positiva ante la salud del otro, un ofrecimiento… Cada cual en su nivel puede hacer mucho con muy poco.           

Autora: Ana Capote.


Article   0 Comments

CARTA DOMINICAL

Elogio de nuestros mayores

26 julio 2024

Calendario de Eventos

« julio 2024 » loading...
L M X J V S D
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
1
2
3
4
Ver más

Síguenos

TeamViewer para soporte remoto Archidiócesis

Intención de oración. Julio 2024