Alegraos y regocijaos, una llamada a la santidad en el mundo actual
El Papa Francisco llama a la santidad en el mundo actual en la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsulate, Alegraos y Regocijaos, un mensaje con base evangélica (Mateos 5, 12). Nos dice el Papa que el Señor «nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada». Nos manifiesta el Papa que «mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades». El Señor «nos eligió para que fuésemos santos».
La Iglesia, a través de sus santos, nos ha realizado una llamada continua a la santidad en el quehacer diario. Recordemos la insistencia de «la santidad en la vida diaria» que realizaba San José María Escrivá, Fundador del Opus Dei. El Papa Francisco nos trae este mensaje de nuevo, de forma intensa, renovada y contextualizada a la realidad mundial actual, en un momento crucial del mundo, de la sociedad y el planeta; que incluye la realidad de España sin duda y sus desequilibrios sociales muy lacerantes para una cantidad en aumento de la población. Una llamada necesaria y universal a la santidad en un mundo lleno de contrariedades, desajustes, injusticias, descartes, guerras, opresión y un largo etcétera de sustantivos que delimitan un grave escenario planetario con consecuencias que vemos a diario, en un marco local y global. El mensaje de Jesús es claro: alegraos y regocijaos dice a los que son perseguidos o humillados por su causa. La causa de Dios es la justicia, la paz, la fraternidad, la bondad universal y alcanzar el Reino de los Cielos. Dios creó el mundo, al ser humano, al resto de las especies, a la sociedad, ¿cómo puede haber personas y sociedades que atenten contra la Creación de Dios? Quien no facilita la paz y la justicia social, y la conservación del planeta y sus criaturas esta pecando. Hace falta una santidad globalizada en el planeta y sus sociedades, y a ello nos llama el Papa.
El Papa Francisco dice: «Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros». Esta santidad de la vida corriente es la que hay que llevar a la práctica en cada lugar y con ello, con esta santidad militante por la justicia tratar de construir una sociedad mejor. No podemos deslindar la religión, nuestras profundas convicciones religiosas, de la actividad diaria, muy especialmente los que tiene la capacidad económica o política de cambiar las cosas. A esto nos llama el Papa Francisco. La nueva Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate tiene un recorrido muy importante y volveremos a ella en este blog, Iglesia y Ecología.
0 comentarios
dejar un comentario