«Este pobre gritó y el Señor lo escuchó»
Con este lema se va a celebrar la Jornada Mundial de los pobres, el próximo domingo, 18 de noviembre. La verdad que es triste que también los pobres tengan su día. Triste porque existe esta realidad y por otro lado el Papa Francisco, tan sensibilizado al mundo de la pobreza ha instituido (ya es el segundo año) esta Jornada. También nosotros nos tenemos que sensibilizar, tomar conciencia de esta tremenda realidad que cada día va en alza.
No se trata de una actividad social sino de concienciación, de oración y de cercanía a los más necesitados. Es volver la mirada a “quienes tienen el corazón destrozado por la tristeza, la soledad y la exclusión” nos dice el Papa Francisco.
Jornada para hacernos preguntas y dejar que nos sigan interrogando: ¿Qué es ser pobre? ¿Cómo están los pobres actualmente en nuestro mundo, en nuestra sociedad…? ¿Le podemos dar una respuesta? ¿Cómo? ¡Tantos interrogantes! Pero la realidad está ahí, y cercana a cada uno.
Las estadísticas nos hablan de cifras escandalosas, y no son números, son personas concretas con toda su dignidad. En pleno siglo XXI el hambre sigue recorriendo el mundo. Oxfam Intermon pone estas cifras: 1.400 millones de personas sufren pobreza extrema y 900 millones sufren hambre.
Hay muy diversos tipos de pobreza: está la material, que es la que ordinariamente manifestamos cuando hablamos del tema, pero también existen otros tipos de pobreza: la personal, la de los valores, la soledad, la falta de libertad,…la del egoísmo, que hace que otros vivan en la pobreza.
El Papa nos habla mucho de “los descartes” y “que ignorar al pobre es despreciar a Dios”. Es fuerte, pero pasamos de largo ante seres que están condenados a la invisibilidad, gentes “descartadas”. Y con vergüenza nos resultan incómodas.
Que “el grito silencioso de los pobres de todos los tiempos” nos haga sensibles, que lo escuchemos y seamos consecuentes. Nos unimos a María, madre los pobres con el rezo del Magnificat:“Dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”. (Lc 1, 46-55). Pidiendo sea una realidad.
7 comentarios
Magnífico, Pilar. Muy buen artículo.
Hermosa y realista reflexión, ojalá seamos más sensibles a los pobres ( en todos los sentidos), tanto los que tenemos cerca, como aquellos a los no vemos. Recordad la gran labor que Caritas hace en nuestra Iglesia.
Verdaderamente es una realidad que escuece. Recemos y hagamos lo que buenamente podamos.
Cada dia mes soeprendes mas Pilar. Tu sensibilidad en el campo del marginado es contagiosa. Cada dia vas descubriendo cada pliegue de esas vidas carente de todo….y sufriendo haste el desprecio de los poderosos. Te felicito y yo contenta de contar contigo y darme esos «gritos» que despiertan nuestras conciencias
Maravillosa reflexión Pilar. Gracias por contagiarnos de tu sensibilidad con ese grito silencioso que es necesario escuchar. Te felicito
Ya nos lo dijo Jesús: «pobres tendréis siempre con vosotros» (Mt 26,11). el problema es que en ellos no sabemos descubrir a Jesús. Y hay tantos pobres y tantas pobrezas, como nos recuerda esta breve reflexión. Que te sepamos descubrir, Señor, y que no te dejemos solo, que nuestra mano este tendida siempre y nuestra mirada atenta a ti en ellos.
Muchas gracias por tu inspiración. Un fuerte abrazo