Encuentro del Cardenal Robert Sarah con el clero sevillano
El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha visitado Sevilla el pasado fin de semana, y ha tenido ocasión de conocer de primera mano distintas realidades de la Archidiócesis hispalense. En su apretada agenda destacaba el encuentro que tuvo la mañana del sábado con una representación del clero diocesano en la Casa Sacerdotal Santa Clara. Entre los asistentes se encontraban el Obispo auxiliar, monseñor Santiago Gómez; el vicario general, Teodoro León; y el delegado diocesano para el Clero, Rafael Muñoz.
En su intervención, monseñor Sarah expuso tres funciones que definen la identidad sacerdotal, “es decir, quiénes somos y para qué hemos sido ordenados”. La respuesta la situó en el rito de ordenación de presbíteros, y comenzó destacando la función de “enseñar en nombre de Cristo Maestro”. Al respecto, el cardenal se preguntó “cómo enseñar si primero no escuchamos al Maestro (…) sin llevar una vida sobria, justa y piadosa”. Eso será posible si el sacerdote lleva una vida santa –será “la mejor predicación para el pueblo fiel”-, y, por tanto, “a través de nuestra vida sacerdotal, de la pureza de nuestra alma, de la belleza, de la profundidad de nuestra vida de oración, la gente tiene que ver a Jesús”, afirmó.
La segunda función es la de pastorear como Cristo. En este punto, el cardenal Sarah lanzó al auditorio una cuestión: “¿Permanezco unido al Obispo y bajo su dirección, como buen colaborador del orden episcopal, para reunir a los fieles en una sola familia?”.
Santificar en Cristo es la tercera función que subrayó el ponente. Y en esta línea cuestionó acerca de la vida espiritual del clero, “para morir a nosotros mismos y procurar caminar en una vida nueva”. El cardenal Robert Sarah se apoyó en dos figuras cercanas, San Juan de Ávila, patrono del clero español; y el beato Marcelo Spínola, quien fuera cardenal arzobispo de Sevilla. Afirmó que el modelo y el ejemplo para enseñar, pastorear y santificar “lo tenemos en Jesucristo, buen pastor, que da su vida por las ovejas”. Concluyó afirmando que para ser santos hemos de “tomar a Cristo como nuestro libro”.
Entrevista al Cardenal Sarah: «El Evangelio es radical»