Archidiócesis de Sevilla

Este Martes Santo saldrá por primera vez la imagen del Nazareno de la Humildad de la Hermandad de Ntra. Sra. de los Dolores del Cerro del Águila, obra de Juan Manuel Miñarro López, quien la comienza a tallar en el año 2003, siendo bendecida el 1 de abril de 2004.

De talla completa y realizada en madera de cedro, esta imagen está inspirada en la pintura del veneciano Sebastiano del Piombo (1485-1547), titulada “Cristo con la cruz a cuestas”, que data de 1516 y se encuentra en el Museo del Prado. De ella, el autor toma sobre todo la postura de las manos, que sostienen la cruz plana, así como el movimiento de la cabeza y la disposición de la melena.

De igual modo, en esta imagen Juan Manuel Miñarro muestra todos sus conocimientos acerca del Jesús que descubrimos en la Sábana Santa de Turín, de la cual este escultor es uno de los mayores expertos de nuestro país. De este modo, las heridas que muestra en su rostro el Nazareno de la Humildad coinciden con las que presenta la imagen de la Sábana Santa. Igualmente, el tratamiento del cabello refleja la influencia de la Síndone, ya que se recoge en una cola en la parte posterior de la melena, dejando visible totalmente la oreja derecha. Otro elemento de gran originalidad es la barba, la cual no es bífida, como suelen ser habitual en las imágenes de Cristo, sino que es una barba cuatrilobulada como muestra el hombre reflejado en la Sábana Santa.

El Señor lleva la cruz sobre su hombro derecho mientras que su cuerpo se gira hacia el lado izquierdo, hacia el cual dirige también la cabeza, consiguiendo así un dinámico contrapposto de la imagen que le aporta movimiento y dramatismo, acentuado éste por la mirada llena de unción dirigida al fiel.

Es destacable también el exhaustivo estudio anatómico que presenta esta obra, resultado del análisis del equilibrio, el movimiento y el funcionamiento de la anatomía humana de un hombre que carga con un madero que debía pesar unos sesenta kilos, según Miñarro.

Señalar que para su primera salida procesional estrenará una cruz tallada por Enrique Gonzálvez y Enrique Lobo que tiene la particularidad de llevar incrustada en su interior una astilla de una de las camas del campo de concentración de Auschwitz, en memoria de todas las víctimas del sufrimiento y la barbarie de cualquier momento de la historia.

La imagen del Nazareno cargando con la cruz del sufrimiento del mundo nos une a todos nuestros hermanos que aún hoy siguen viviendo la Pasión y la muerte de Cristo, el horror de la guerra y del odio, la violencia y el racismo. Ante el Señor de la Humildad rezamos con las únicas palabras del Papa Francisco en Auschwitz: “Señor, ¡ten piedad de tu pueblo! Señor, ¡perdón por tanta crueldad!”.

Antonio Rodríguez Babío

Delegado diocesano de Patrimonio Cultural