Virgen de los Reyes, devoción y tradición de Sevilla y su Archidiócesis
El hecho de que algunas tradiciones, las más señeras, se mantengan tal cual, invariables a pesar del transcurso de los años, tiene quizás que ver con la reiteración de sus rutinas en espacio y tiempo, de unas costumbres que pasan a ser ley por consenso implícito, y que han quedado grabadas en la memoria del colectivo que participa de ellas. Es el caso de la cita que sevillanos de la capital y el resto de la diócesis tienen el 15 de agosto con la patrona principal de la ciudad y la Archidiócesis de Sevilla, la Virgen de los Reyes.
Corría el año 1946. Pío XII gobernaba la Iglesia y el cardenal Segura había cumplido su noveno aniversario como arzobispo de Sevilla. El pontífice reconocía el patronato de la Virgen de los Reyes por medio del breve Quam fervida, y, antes de acabar el año, la Virgen fue llevada en andas hasta el Ayuntamiento en procesión magna. De esta forma se daba oficialidad a una tradición que hoy sigue vinculando a miles de sevillanos con una devoción mariana cuyos orígenes encontramos en los años de la reconquista de la ciudad por parte del rey santo, Fernando III de Castilla.
Besamanos, novena y colecta extraordinaria
Esta tradición es la que justifica que la Capilla Real sea el punto de destino de un goteo incontable de devotos dos días antes del comienzo de la novena, la tarde del 4 de agosto a partir de las seis, se postrarán ante la patrona dispuesta en besamanos. Al día siguiente, el horario será matinal, de seis a ocho de la tarde.
La novena se celebrará entre el 6 y el 14 de agosto. Por la mañana a las siete y media, con el siguiente orden de culto: rezo del Rosario y misa -excepto los días 10 y 11, que se celebrará a las ocho-. Será predicada por Antero Pascual, canónigo capellán real y rector del Seminario. La novena vespertina comenzará a las ocho, y será predicada por Marcelino Manzano, director espiritual del Seminario y delegado diocesano de Hermandades y Cofradías. Todos los años se realiza una colecta extraordinaria con destino a una delas realidades sociales de la Iglesia en Sevilla. Esta vez, durante las novenas matutina y vespertina del 13 de agosto, estas colectas se destinarán a Regina Mundi.
La novena es un tiempo que se aprovecha desde la Asociación de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando para proceder al reparto de papeletas de sitio entre sus miembros de cara a la procesión del día 15. Estás podrán retirarse tanto en la sede de la asociación en la calle Albareda –hasta el 31 de julio- como en la propia Catedral –durante el besamanos y la novena-.
15 de agosto, día de la Virgen
La jornada de la festividad de la Asunción de la Virgen María comenzará muy pronto en el templo metropolitano, que abrirá sus puertas bien temprano para las misas que se celebrarán ante el paso de la patrona a las cinco y media, seis y seis y media de la mañana.
Los participantes en la procesión comenzarán a formar a las siete y media en el Patio de los Naranjos, de forma que la Virgen de los Reyes esté, puntual como siempre, frente al pueblo a las ocho de la mañana desde la Puerta de los Palos. para que la Santísima Virgen se encuentre a las 08.00 horas en la Puerta de Palos. Desde la Asociación se recuerda que la edad mínima para participar en esta procesión es 16 años. Al regreso de la procesión tendrá lugar la misa pontifical que presidirá monseñor Santiago Gómez, Obispo auxiliar de Sevilla.
Octava y apertura de la urna del rey santo
La octava tendrá lugar en la Capilla Real entre el 15 y el 22 de agosto, ante el paso de la Santísima Virgen. Comenzará a las ocho y media de la mañana, finalizando con el canto del himno a Nuestra Señora de los Reyes. Por otro lado, el 22 de agosto se procederá a la apertura de la urna de san Fernando para su veneración. Será entre las ocho y media y las diez y media de la mañana. El programa de este año concluye con un segundo besamanos a la Virgen en la Capilla Real, los días 20 y 21 de agosto.
Este año, la patrona lucirá el manto verde, el de la reina Isabel II. Es la pieza más antigua de su ajuar –datada en 1853- junto al manto blanco, ambos donados por la soberana. La propia reina supervisó el diseño y elaboración de una pieza que está considerada como la mejor joya del ajuar.
Fotografía de Miguel Ángel Osuna