Arranca el Mes Misionero Extraordinario en la Archidiócesis
El Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, presidió en la tarde de ayer, martes 1 de octubre, el rezo de unas Vísperas solemnes con exposición del Santísimo en el convento de las Madres Carmelitas (‘Las Teresas’, en barrio de Santa Cruz). Con este acto arrancó el Mes Misionero Extraordinario (MME) en la Archidiócesis, que se prolongará, siguiendo la convocatoria del papa Francisco para toda la Iglesia, durante todo el mes de octubre.
A los cien años de la publicación de la carta apostólica Maximum illud (1919), de Benedicto XV, sobre la propagación de la fe católica, “la renovación del compromiso misionero de sacerdotes, consagrados y laicos cristianos es una de las urgencias pastorales de esta hora”, manifestó monseñor Asenjo en su homilía. Al hilo del lema de este MME, ‘Bautizados y enviados’, el Arzobispo expresó que es responsabilidad de todos los cristianos “compartir con nuestros hermanos cercanos y lejanos el tesoro de nuestro encuentro con Jesús, que no nos lo debemos guardar para nosotros mismos”.
El rezo de Vísperas, con cantos ambientados por la comunidad de Carmelitas y por la coral polifónica de la parroquia Corpus Christi, estuvo preparado por una comisión de la Delegación de Misiones encargada de animar el MME en la Archidiócesis, liderada por el delegado Eduardo Martín Clemens. Estuvieron presentes, además, los delegados diocesanos de Pastoral Juvenil y de Pastoral Universitaria, y los seminaristas mayores y menores junto con sus formadores. Varios representantes de distintos movimientos diocesanos portaron las cruces misioneras que estarán presentes en las seis vicarías durante este mes.
Al finalizar el rezo de Vísperas, y después de dar la bendición con el Santísimo, monseñor Asenjo animó a todos los presentes a seguir rezando por las vocaciones misioneras, especialmente entre sacerdotes y consagrados, ya que, aseguró, en pocos años ha descendido en varios miles el número de misioneros españoles, por lo que encomendó esta causa a la patrona de las misiones, Santa Teresa del niño Jesús, en el día de su festividad.