Monseñor Asenjo pide al laicado ser “luz y sal” de la sociedad
Un nutrido grupo de representantes de los grupos que conforman la Delegación diocesana de Apostolado Seglar de Sevilla ha hecho entrega de un presente al Arzobispo de Sevilla, con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, celebradas el pasado mes de septiembre. El acto ha tenido lugar esta mañana en el Arzobispado.
El obsequio se concreta en una cruz pectoral realizada en el taller del orfebre sevillano Jesús Domínguez, con el que los movimientos han querido reflejar algunos de los signos que subrayan el ministerio episcopal de monseñor Asenjo. De este modo, como motivo central de la cruz, se sitúa la figura del Buen Pastor, “una imagen paleocristiana, referencia a su gusto por el arte y por el cuidado de nuestro patrimonio, junto a un signo importante de su ministerio entre nosotros”. A los pies del Buen Pastor aparece una fuente, con la que el orfebre pretende recordar a la Virgen María: “El agua, por su misma naturaleza y porque ha sido creada por Dios, se presenta como elemento vivificador y purificador, un elemento esencial para vivir, como María para todos nosotros”. Esta fuente, además, es la Fuente de los Cuatro Caños de Sigüenza, un detalle ante el que el Arzobispo se ha mostrado visiblemente emocionado.
En el reverso de la cruz aparece el escudo episcopal del Arzobispo, con su lema “ex alto”. Y más abajo una palmera, “símbolo del cristiano porque crece en circunstancias difíciles, no se deja influenciar por el mundo; crece orientada siempre a lo alto, hacia el cielo, y siempre da fruto”.
La cruz se completa con una tupida vid que representa a Cristo Vivo.
Durante la audiencia, los presentes han reconocido que don Juan José “es para nosotros un pastor bueno, paciente y cercano que durante estos años nos ha ayudado a crecer en la gracia”, y que ha colaborado a “unificar y armonizar la diversidad carismática en la unidad de la Iglesia”. Finalmente, se han mostrado convencidos de que “la comunión entre los obispos y los Movimientos y asociaciones pueden impulsar un renovado compromiso de la Iglesia en el anuncio y en el testimonio del Evangelio de la esperanza y de la caridad, en un mundo que busca a Dios sin saberlo”.
Por su parte, el Arzobispo ha agradecido las palabras que le han dirigido y el cariño de los presentes, y ha confesado sentirse “impresionado” por la multitud que hoy le ha acompañado.
Con respecto al Apostolado Seglar sevillano, ha admitido estar “contento con todo lo realizado durante los últimos años”. Su intención ha sido –ha asegurado- procurar el fortalecimiento de la comunión entre los distintos carismas y grupos, porque esta unidad en la diversidad es “fundamental en la vida de la Iglesia que imita la unidad de la Trinidad”. Por último, ha pedido a los laicos que “sean luz y sal” en sus ambientes de trabajo, en casa y en la sociedad en general.